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Caballo Derecho... Tres Puntos Buenos

Desde su génesis, el rodeo, se ha ido adaptando a las necesidades propias de una actividad en continua evolución. El mayor número de participantes y su ascendente calidad han obligado a modificar con el tiempo los parámetros en que se desarrolla el deport
Autor:

Por Alejandro Sepúlveda Jara

Aunque los orígenes del Rodeo Chileno se remontan al siglo XXI, cuando el Gobernador García Hurtado de Mendoza ordenó su realización en la plaza de Armas de Santiago, su historia se ha ido cambiando a través de los años.

Recién en 1927 se dictó la ley de Corridas en Vaca y en 1962 se decretó como Deporte Nacional.

Entre aquellas fechas se creó el primer 'Reglamento Oficial de Corridas en Vaca', bajo la tutela de la Asociación de Criadores de Caballos en 1947.

En ese tiempo se aprobó el régimen pionero que es la base del actual, pero que, obviamente, tiene marcadas diferencias, como las exigencias para puntuar las atajadas. Lo que hoy se conoce como caballo derecho, por esos días se premiaba, claro que sólo con tres puntos y si le hacía 'parar la pata al toro' (ahora cuatro puntos buenos).

Lo invitamos a retroceder e imaginar cómo fue el rodeo de esos días, sino es que usted lo vivió.

Lo primero que debían hacer las comisiones organizadoras de un rodeo era nombrar a un Jurado y darlo a conocer a los competidores. Así comenzaban las corridas que contemplaban cuatro series por evento: yeguas, potros y dos libres. Para definir los premios se podían correr tres o cuatro animales por serie. Los dos primeros 'toros' lo disputaban todas las colleras. Luego, el Jurado decidía quienes seguían en competencia considerando que tuviesen alguna opción, en concordancia a la pareja que lideraba la serie.

Se calificaba como carrera correcta la que no adolecía de 'defectos de conducción o arreo, y la atajada sea hecha, con el caballo cruzado y dentro de las banderas. No es carrera continua, aquella en que se produce un revuelo, que el animal se siente atrás, en la que por falta de boca de los caballos se produzca cualquiera alternativa que le impidan ser continua hasta darle salida al animal'.

La definición de caballo cruzado la daba su antagónico: 'No se estimará caballo cruzado, aquel que lleve sólo su cuello doblado y su cabeza por encima del animal, no llevando la inclinación debida con éste, o sea, su costilla y barriga, separada del animal y trabajando con el pecho'.

Otra particularidad era que el puntaje se limitaba a los tres puntos buenos por atajada, lo que hoy serían los cuatro puntos buenos. Dejando libre la paleta eran dos y en el cuello se premiaba con un punto bueno. Además, había un punto por sacar bien el animal del apiñadero, tal como hoy, claro que en circunstancias muy diferentes. De hecho, en el apiñadero habían muchas cabezas de ganado y cada colleta elegía la suya mientras el resto de los participantes atajaban el los extremos haciendo las veces de puerta. Así, se entendía por sacada correcta 'la que una vez apartado el animal del piño, sea tomado por la pareja y comience la carrera hasta pasada la segunda bandera de partida'.

Eran merecedoras a puntos malos las colleras por:

Atajada antes o después de las banderas:         1 malo

Tijera:                                                                        1 malo

Ida al piño:                                                                2 malos

Ida libre al piño:                                                        3 malos

Abandono del animal:                                             1 malo

Ayuda de compañero:                                            1 malo

Atajada de golpe, o machetazo:                            2 malos

Mala entrega:                                                           1 malo

La perdida de carrera se producía cuando 'haya abandono del animal en la cancha, así el animal será entregado al otro lado para que continúe la carrera siguiente y se castigará con dos puntos malos'.

Una medida particular era la premiación con dos puntos buenos a la collera que se encontrara con un 'novillo muy mañero y que haya sido llevado a hasta las atajadas, por el trabajo de cancha de los caballos y los jinetes, sin golpe, sin alboroto, y su trabajo sea continua y tranquilo'. Por el contrario, la collera que no completaba la o las carreras era castigada en caso de abandonar el novillo con un punto malo por cada atajada sin hacer.

Ante la ausencia de puertas en el apiñadero era la 'pareja que va a correr la que se coloque en la puerta de salida. En la puerta contraria, se pondrá una pareja de jinetes montados en buenos caballos, para que puedan desempeñarse en forma debida'.

Finalmente, era el capataz del rodeo quien debía echar 25 novillos al apiñadero para cada serie. Luego, cuando sólo quedaban diez, debía volver llenar el apiñadero con en número inicial de animales, lo mismo pasaba en el 'Champión'.

Éste es parte del primer 'Reglamento Oficial de Corridas en Vacas'. Un folleto de cuatro páginas resumía las medidas que regían el rodeo. En otro libro de tres páginas se mencionaba el 'Reglamento Interno de Rodeos Oficiales', el cual conoceremos más adelante en 'Caballoyrodeo'.  

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