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Ernesto Santos y José Gutiérrez: primeros campeones de Chile

En homenaje a don Ernesto Santos, recientemente fallecido, publicamos esta crónica acerca del Primer Campeonato Nacional efectuado en en el año 1949.
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Ernesto, Héctor y Julio Santos durante el primer Campeonato Nacional   Fuente: Anuario federación del rodeo Chileno 1997 Por Luis Iván Muñoz Como un homenaje póstumo a don Ernesto Santos, publicamos un extracto de lo que fue el primer Campeonato Nacional de Rodeo que ganara junto a José Gutiérrez. Una historia que en estos días es necesario recordar.

La Asociación de Criadores de Caballos que en ese entonces presidía don Alberto Echenique Domínguez, con el decidido apoyo de su Vicepresidente, Guillermo Aguirre, y sus Directores, Manuel Castillo G., Oscar E. Mujica V., Edmundo Moller B., José Tagle R., Fernando Hurtado E., Alberto Correa M., y Ernesto Cuevas L., acogiendo la solicitud formulada por los comités organizadores de rodeo del centro del país, acordó por unanimidad realizar año a año, a contar de 1949, lo que se llamaría EL CHAMPION DE LOS CHAMPIONS DE CHILE, y que se llevaría a cabo por primera vez en Rancagua coincidiendo con el rodeo de otoño de esa ciudad.  El día 1º del mes de sería la Exposición de Caballos, y el 2, 3 y 4 de abril el Rodeo de Rancagua, finalizando en la tarde del día Lunes 4, con el Champion de los Champions de Chile. 

Se publicaron avisos en los diarios, ofreciendo un premio de $20.000.- a los ganadores del Rodeo de Rancagua y de $50.000.- a los ganadores de los Champions de Chile, exigiendo como único requisito haber obtenido un primer, segundo o tercer lugar en un Champion de un rodeo Oficial de la Temporada 1948 - 1949, debiendo, los corredores, ser inscritos por las correspondientes comisiones organizadoras de los Rodeos Oficiales.  Ya en la primera semana de marzo del 49, se habían inscrito más de 50 colleras ganadoras de distintos rodeos en el país.

Los Santos no aceptaban inscribirse.  Se niegan a volver a Rancagua, pese a la presión de sus amigo y dirigentes corraleros del Sur.  Aún sentían el sabor amargo del año anterior cuando en una discutida jurada en la última carrera quedan detrás del Criadero Las Camelias ante la silbatina del público. 

A la casa de sus padres en Temuco, llegó don Raúl Pavez Romero, gran Señor del Rodeo, uno de los miembros más destacados d ela Comunidad Darío Pavez.  Con el estilo y caballerosidad que lo caracterizó durante toda su vida, dio sus razones a don Honorindo Santos.  Le habló del rodeo como tradición y deporte, y del compromiso de cada criador y jinete para hacer cada día más grande esta expresión de Chilenidad.  El país huaso quería a los Hermanos Santos, eran más que un leyenda.  Pese a la derrota del año anterior, su figura se había agigantado, habían sido grandes caballeros y deportistas, y eso, no se olvidaba.

Le sobraron argumentos, y don Honorindo Santos, amante del Rodeo, del caballo y de las tradiciones, no pudo mantener su negativa y comprometió la asistencia de sus hijos, Tito, Julio y Ernesto.

Se les advirtió que no podrían correr al Gallito y, por lo tanto, deberían llevar otro jinete para acompañar a Ernesto, pues se daba por descontado que los Hermanos Santos no darían ventaja.  Tito y Julio correrían juntos los mejores caballos.

Se habló con don Jorge Stolzenbach quien les facilitó a Eliseo Calderón como compañero para Ernesto.

En Rancagua la Comisión, integrada, entre otros, por Pedro Emilio Pérez Harvey, los recibe con alegría y los acompaña al Hotel Santiago, donde les han reservado las mejores habitaciones.

Los caballos viajan durante tres días al cuidado de cuatro empleados en tren de carga con pasto y agua, de la que se aprovisionan en cada estación.

Personalmente, don Pedro Emilio Pérez, se encarga de acomodar a los empleados y los caballos en las instalaciones de la Feria Regional.

Tito y Julio correrían las colleras más firmes, Clarían y Ajiaco, Parka y Pulsera, Pato y Zulita.

Ernesto correría con Julio la collera de Bototo y Chunga, siempre que Tito y Julio hubiesen premiado sus otras colleras.  Ernesto correría también, con Eliseo Calderón, la collera de Vanidosa y Sombra.

Desde el mismo momento de su llegada, una semana antes del rodeo, los Santos comprueban que de verdad su fama ha crecido y reciben el cariño de su público que los sigue y vitorea en las calles. 

Los días pasan y Eliseo Calderón inexplicablemente no llega. 

El viernes a las cuatro de la tarde se efectúa la premiación de los ganadores de Exposición, obteniendo el Champion de Potros 'Fandaguillo', de don Florentino Ponce, y Champion de Potrancas, la yegua 'Jovencita', de don René Urzúa. 

El sábado se inicia el Rodeo, y Eliseo Calderón aún no llega, se corre la primera serie que termina a las 14:30 horas y que gana don Ramón Larraín en 'Picardo' y 'Ranchera'.  Tito y Julio no están entre los premiados.

El domingo en la mañana Ernesto ya ve pasar el rodeo con desesperación, sentado en la tribuna sin compañero, esperando que sus hermanos, a quienes aprecia como los mejores jinetes, logren premiar todas sus colleras, reconoce que son las mejores colleras del Corral de los Santos.  Al mediodía, muy amargado, ve muy difícil la posibilidad de poder competir.  Inmediatamente después de almuerzo, se efectúa el Movimiento en Rienda, y a las tres de la tarde se da comienzo a la Cuarta Serie para potros y yeguas inscritos.  A su lado está la señora Praxedes Inostroza, viuda de Mora, mirando correr a su hijo Avelino.  Le aprieta la rodilla y le dice 'arriba el ánimo Ernesto, a tus hermanos aún les queda una collera por premiar.  Roguémosle a Dios que en esta serie premie Avelino y nosotros le diremos a Pepe Gutiérrez que te acompañe a correr.  Aún queda la quinta y última serie que se correrá después de las seis de la tarde'.

Avelino Mora y Pepe Gutiérrez premian.  Ernesto salta al interior de la Medialuna y le comunica a ambos la proposición que le ha hecho la señora Praxedes. 

En medio de los abrazos acepta gustoso acompañar a su amigo Ernesto Santos.  Se le dice que correrán el Bototo y la Chunga, que venían acollerados desde el sur y que ya estaban inscritos.

Al ir a ensillar, Julio Santos se niega a facilitar la Chunga, ya que ésta, junto al Bototo, había ganado rodeos en el Sur, por lo tanto, podrían participar al día siguiente en el Champion de los Champions de Chile.

Como Ernesto lo quería era correr, le pasa a su amigo Pepe Gutiérrez la yegua Vanidosa y, antes de entrar al apiñadero, le avisan al secretario del jurado el cambio de la collera, reemplazando la Chunga por la Vanidosa, pero éste en el apuro no toma nota, y como en ese entonces solamente se nombraba al dueño del Criadero de del Corral, o, en el mejor de los casos, a los jinetes, nadie se percata del error registrado en la planilla.

Corren el primer y segundo animal, de esta última serie, el día domingo desde las seis de la tarde hasta bien avanzada la noche.

Al día siguiente, temprano en la mañana, se corre el tercer y último animal de la serie, y Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez premian el Bototo y la Vanidosa.

A las diez de la mañana se inicia el Champion del Rodeo de Rancagua, que ganan Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez, lo que les da derecho a participar en la tarde de ese mismo día en el Primer Champion de los Champions de Chile.  Nadie se preocupa de rectificar la planilla.  La verdad es que el error pasa inadvertido, porque, como se ha dicho, no se nombraba a los caballos.

María Elena Pérez Harvey, de sólo 18 años, equitadora, campeona de natación, preciosa, alegre, hija y hermana de corraleros, había sido proclamada Reina del Rodeo y había recibido la corona de armencita Vergara Naretto, reina del Rodeo de la Primavera anterior.

En la caseta se instala el Jurado Oficial, integrado por don José Tagle Ruiz, don Ernesto Cuevas Lizama y don Edmundo Moller Bordeau.

 El capataz, don Manuel Rey Castillo, y su ayudante, Rudy Ojeda Vergara, hacen ingresar a las colleras que pasarán a la historia por ser las primeras que participarán en un Campeonato Nacional, y a la voz del Secretario, don Oscar Fernández...  'Ingresen a la medialuna los campeones de la ciudad de  ....................', y así van haciendo su entrada, una a una, las colleras de don:  Estanislao Anguita, Alberto Araya, Héctor Acevedo, Armando Araneda, Guillermo Aguirre, Pedro y Antonio Bartolomé, Galo Bustos, Luis Besa, Rudecindo Bustos, Arturo Costabal, Enrique Carrasco, Ernesto Cuevas, Gustavo Carrasco, Javiaer Correa, Pedro Cuevas, Ramón Carrasco, Vicente Caro, Armando Correa, Cupertino Cubillos, Manuel Castillo, Alberto Castillo, Ricardo De La Fuente, Raúl y Eduardo de Ramón, Gustavo Donoso, Pedro Espinoza, Ricardo Espinoza, Patricio Espinoza, Pedro Etchepare, Alberto Echenique, Luis Finlay, Tato Fariña, Agenor González, Gustavo Rey Gamonal, José Gutiérrez, Manuel Gajardo, Max Huidobro, Pedro Ibarra, Fernando Hurtado, Ricardo Letelier, Alfredo Luna, Juan Osorio, Máximo Larraín, Eduardo Larraín, Adolfo Luco, Andrés Lamoliatte, Carlos Labarca, Marcial Marambo, Francisco Moraga, Carlos Molina, Santiago Molina, Edmundo Moller, Alberto Marmolejo, Belarmino Ormeño, Roberto Palacios, Pedro Emilio Pérez, Ramón Pavez, Baltazar Puig, Humberto Pinochet, Ernesto Quiroga, Carlos Quintana, Roberto Ramírez, Gustavo Rivera, Alejo Rubio, Enrique Ruiz-Tagle, Mauricio Silva, Tito y Julio Santos, Ernesto Santos, José Tagle, Hernando Trivelli, René Urzúa, Juan Luis Urrutia, Eduardo Varela, Carlos Villagra y José Yauriela.

 Se correrán novillos de aproximadamente 500 kilos, largos, huesudos, de tipo cordillerano, algunos overos negros americanos, otros lagartos, todos ellos traídos desde Argentina, especialmente para este Champion de Champions.

 En el primer animal se ve que será difícil atajarlos y, de hecho, la mayoría de las colleras hacen puntos malos y sólo queda una collera con tres puntos buenos y, arrancados los campeones del rodeo de la mañana, Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez, con ocho puntos buenos.

 En el segundo animal, va a la mano Ernesto Santos, que es más frío y calculador, escoge un novillo negro tapado, cuarterón, abueyado, lo corre chico para asegurar y suman seis puntos buenos.

 Al tercer animal, además de Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez, entran con posibilidades de pelear el primer lugar, las colleras del Corral de Agenor González y René Urzúa, en las yeguas Cebollita y Pelagia, y en el potro Arrocito y el caballo Embeleco, todos hijos del potro Comunista, los hermanos Tito y Julio Santos en Clarín y Ajiaco y También en sus yeguas negras Parka y Pulsera, la Comunidad Darío Pavez en Prestigio y Pichanguero, y Fernando del Real en la Verbena, una yegua flor de cardo, rabiosa, pero extraordinariamente buena, que en el Rodeo de la Primavera anterior, perdió el Champion en una espectacular rodada de cinco metros antes de la última atajada.

 Al recordar el tercer animal, don Pepe Gutiérrez nos dice:  'palabra de honor que no alcanzamos a ponernos nerviosos, ni menos a darnos cuenta de lo que estábamos ganando.  En el tercer animal sabíamos que con un punto le empatábamos a don René Urzúa.  Nosotros corríamos al último porque éramos los ganadores del Rodeo de la ciudad.  Se corría con veinticinco novillos en el apiñadero,  el que se cebaba cuando llegaba a diez novillos.  Escogí un novillo cordillera, de pelo rosillo pardo.  Tito y Julio Santos estaban más nerviosos que nosotros, porque yo tenía fama de muy ponedor, no nos dejaban salir, '... ten cuidado Pepe, no la pongas de atrás', me decían ellos... 'dos veces nos impiden salir, a la tercera salimos y en la primera atajada le pongo tres, recuerde que en aquella época el puntaje por atajada era sólo de uno a tres.  Al terminar la carrera el jurado canta el resultado, seis puntos buenos, y nosotros con Ernesto Santos ya éramos los Primeros Campeones de Chile'.

 Segundos, en empate, quedaron Tito y Julio Santos, en Clarín y Ajiaco, y René Urzúa y Alberto Nano Ramírez, jinetes del corral de don Agenor González y del mismo René Urzúa, en las yeguas mulatas, Cebollita y Pelagia.

 No hay desempate sólo se premia a los ganadores del Primer Lugar.

 El público no quiere más, sólo aplaudir a sus campeones.  Un solo grito une a la Medialuna Gigante de Rancagua:  ¡SANTOS, SANTOS, SANTOS...!  Pepe Gutiérrez lo entiende, el público quería que ganaran sus favoritos, y él por esas cosas del destino había formado parte del equipo de este trío legendario de Hermanos Santos.

 En la euforia del triunfo nadie se percata del error de secretaría y aparece como ganadora y compañera del Bototo, la Chunga, y no la Vanidosa, que montada por Pepe Gutiérrez se había ganado el Champion de Rancagua en la mañana, y el Champion de los Champions de Chile, en la tarde.

DESPUÉS DEL TRIUNFO 

Tras el paseo con la Reina al anca, en el medio de la Medialuna, Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez, bailan con la Reina del Primer Champion de Chile, señorita María Elena Pérez Harvey y la Reina del Rodeo de noviembre, señorita Carmencita Vergara Naretto.

 Julio era muy popular, tenía fama de gran bailador de cuecas.  Durante la comida de celebración en la misma noche, el público el pide que la baile con una de las Hermanas Loyola, integrante del conjunto que había animado los tres días de rodeo.  Tito, también sale al ruedo, baila con otra de las integrantes del conjunto, y la fiesta dura hasta el día siguiente.

 Agradecidos de Rancagua, de su público y de todos los corraleros de Chile que se habían dado cita para este Primer Campeonato Nacional, se vuelven a Temuco, Pepe Gutiérrez, Tito y Julio Santos.

 Ernesto, enamorado de Suki Pérez, la Reina del Rodeo, se queda para agradecer las manifestaciones que la ciudad de Rancagua ha preparado para los ganadores.  El martes lo acompaña la Reina a un gran almuerzo y festejos que en su honor organiza la Feria Regional, donde el público de pie los recibe con un aplauso cerrado.  El miércoles paseo a las Termas de Cauquenes para que el Campeón se bañe en la misma tina que lo había hecho el Libertador Bernardo O'Higgins, y en la noche una comida ofrecida a todos los corraleros por el dueño del Fundo vecino a las Termas, don Pedro Emilio Pérez Arroz, padre de la Reina.  El jueves la ciudad de Rancagua lo premia en una ceremonia que se lleva a efecto en el Teatro Apolo de la ciudad y el viernes lo reciben las autoridades en la Municipalidad para entregarle los galardones en una ceremonia oficial, a la que concurren los agricultores de la región y donde, por cierto, el Campeón aparece acompañado por su Reina, Suki Pérez.

 Esa oche, y como despedida, Ernesto Santos ofrece, en el Club Social de la calle Campos, una comida de agradecimiento a sus amigos, a la que asisten cuarenta matrimonios.  Al ir a pagar la cuenta, el concesionario le señala que ésta ya ha sido pagada por los Rancagüinos.

 Ernesto Santos no acepta volver a Temuco sin antes cumplir con el deseo de retribuir a sus amigos.  Se retrasa el viaje un día, y el sábado sí tiene la oportunidad de agradecer y festejar con una comida a los mismos cuarenta matrimonios.  Para que la Reina no tenga que tocar el piano, y pueda bailar con el Campeón, su amigo Juan Undurraga, consigue una orquesta y la fiesta dura hasta muy avanzado el día siguiente.

 Sólo el domingo, a las diez de la noche, puede tomar el tren en la estación de Rancagua, ahora sí, puede dormir, será un viaje muy distinto al del año anterior.  Ahora soñará con el triunfo y con su reina...

 

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