Alberto Araya Gómez, la historia de su Criadero La Invernada (II Parte)
Por Alberto Araya Gómez, Anuario 1972 ? Federación del Rodeo Chileno.
Alberto Araya Gómez, la historia de su Criadero La Invernada (I Parte)
El "Enchufito", N° 11.695, por "Enchufe", N° 2.528 y "Torhuela", N° 7.301, fue un reproductor extraordinario. Sin la elegancia ni la perfección de las formas de su padre, tenía, sin embargo, el mismo tipo. Su cabeza acarnerada, de gran moño, era muy atrayente. De cuello algo cerrado, línea superior muy fuerte, linda grupa, nalgas largas y piernas fuertes. De buen perímetro toráxico y de pechos angostos pero muy descendidos. Huesos bastantes buenos. Cola abundante. Su talla era baja, 1.39 mts.
En general, no se le pusieron vientres de categoría y, sin embargo, dio todo bueno. Fue un mejorador sobresaliente. Son numerosas las yeguas buenas hijas de él que se han visto en los rodeos. Morfológicamente, dio yeguas muy perfectas, pero, en cambio, no dio machos morfológicamente aceptables.
El "Enchufito" no se arregló ni se trabajó en los corrales, pues "La Inernada" lo vendió cuando tenía un año y sólo lo recuperó a los 13 años, cuando se comprobaron sus extraordinarios antecedentes y, por cierto, ya era tarde para educarlo. A pesar de esto era fácil apreciar su temperamento y disposiciones naturales. Por razones de mi actividad, he debido andar mucho a caballo en mi vida y no recuerdo haber ensillado un animal más completo como monturero; manso, alegre, incansable, cómodo y de gran avance.
Enchufito, por Enchufe y Torhuela.
La adquisición de "No Me Toques", N° 12.910, fue uno de los grandes aciertos de "La Invernada". Este reproductor, hijo de "Quicio", N° 6.164 y "Quiromancia", N° 5.949, me fue recomendado por mi amigo Alberto Castillo.
"No Me Toques" había sido de propiedad de los hermanos Castillo y se deshicieron de él cuando liquidaron su criadero. Los hermanos Manuel y Alberto Castillo, aficionados y grandes jinetes, lo empezaron a correr sin un arreglo prolijo, pues lo compraron de cierta edad, pero, sea como sea, el potro resultó un fenómeno en los corrales: de gran carrera, valiente, de fuerza extraordinaria y de reflejos rapidísimos. Fue en su tiempo lo mejor que había como corralero. Además, manso y buen monturero.
Su estampa no gustaba a primera vista; le faltaba distinción, su cabeza era pesada y carecía de armonía general. Tenía, en cambio, mucho sello de raza y, al analizarlos por presas, el potro se agrandaba. Sus bajos eran impecables, de muy buenos huesos y con tendones firmes. A los 18 años, cuando lo adquirí, todavía mostraba la firmeza de su dorso y lomo. Su tren posterior, sus piernas y patas, de proporción y fortalezas perfectas.
Al estudiar su pedigree, tuve algunas dudas, pues siendo de origen netamente aculeguano, no tenía la marca de Aculeo ni estaba inscrito por el criadero. Como tampoco había sido criador por los hermanos Castillo, creí prudente escribirle a don Miguel Letelier, dueño de Aculeo, para que me aclarar el asunto. A los pocos días recibí la contestación que, en las partes pertinentes, me decía textualmente lo siguiente:
"La yegua 'Comparza', N° 2.395, nació en este criadero; era hijo de 'Fullero' y yegua chúcara (antigua trilladora, en 1921. 'Fullero', potro alazán, nacido en Aculeo en 1912, fue un excelente corralero que yo mismo arreglé y trabajé en los corrales, donde me proporcionó destacadas actuaciones. 'Fullero' era hijo de 'Azogue', hijo a su vez del potro 'Bayo Grande', del Criadero de don Pedro de las Cuevas, según me lo ha referido Francisco Encina. La yegua 'Comparza' fue vendida en 1930 a Alfredo Guzmán, que era empleado de Aculeo. Todos los antecedentes anotados corresponden a animales que fueron excelentes de obra, asunto que tradicionalmente hemos cuidado aquí muy especialmente".
No Me Toques, por Quicio y Quiromancia.
Más adelante dice: "Fullero era hijo de la yegua 'Maga', de la más antigua estirpe aculeguana; pequeña de talla, no más de 1,38 m, de extraordinaria y fuerte musculatura y bella conformación. En un gran rodeo en Victoria entramos a correr Tobías Labbé Torrealba (padre de Germán) en la yegua 'Caja', de origen principalino y yo en la 'Maga'. Nos adjudicamos el Champion". Las dudas se aclararon: "la yegua 'Comparza' N° 2.395, se vendió preñada por 'Curanto', N° 2.416, al Sr. Guzmán y nació la yegua 'Quiromancia', N° 5.949, inscrita por el Sr. Guzmán y que, como empleado de Aculeo la cubrió posteriormente por el potro aculeguano 'Quicio', N° 6.164, y de esta unión nació finalmente el famoso No Me Toques".
"No Me Toques" fue un reproductor extraordinario en el más amplio sentido de la palabra; mejoró en sus hijas notablemente su estampa y transmitió exactamente su temperamento, sus condiciones como monturero y gran caballo de corrales. Todo lo que viene de "No Me Toques" es bueno y bonito cualesquiera sean los antecedentes de los vientres. En una de las últimas Exposiciones de Santiago, "La Invernada" obtuvo con los hijos de "No Me Toques" el Champion de Potros con "Aniversario", N° 45.916, el Champion de Hembras con "Aurora", N° 41.732, y el premio de familia con los dos antes nombrados y "Gualata", N° 41.533 y "Mantenina", N° 41.538, todos hijos de este gran padre.
Como está dicho, la única yegua que se conservó de las primitivas fue "Torhuela", N° 7.301. Este animal merece ser destacado en forma muy especial , pues, en realidad, pasó a constituir la base del criadero "La Invernada".
La yegua "Torhuela", N° 7.301, fue comprada el año 1939 en el remate de la Exposición de Animales de la Quinta Normal, en la suma de $ 1.300.- al criadero del Sr. Kenneth Page. Era hija de "Pihuelo", N° 1.925, procedente de la prestigiada crianza de José Tomás Cerda, y de "Tortolota II", N° 581, del criadero de don Félix Solar. Por parte de su padre, venía del "Africano", N° 552, y de su madre, del "Codicia" N° 73. Según Adolfo Luco, que conoció y corrió a la "Tortolita II", contaba que pocas veces había corrido una yegua más guapa.
"Torhuela", cuando se compró, a los dos años mostraba una crianza desastrosa, propia de los campos de rulo en la costa. Sin embargo, pese a su estado, tenía una atracción especial. Su cabeza era muy típica chilena, agradable y de gran moño; su cuello más bien fuerte, cruz no muy destacada, propia de la antigua casta de yeguas trilladoras; línea dorsolumbar extraordinariamente firme; grupa larga y con caída muy armónica; nalgas largas y piernas musculosas; muslos amplios y bien aplomados, muy buena cola de crines gruesos. Buenas costillas, con los encuentros angostos, pero muy descendidos. Bien aplomada, con sus rodillas y corvas muy abajo, pero de huesos y de esqueleto en general débiles, seguramente debido a su mala crianza inicial. Su pelo era bayo cuculí y su talla reducida apenas llegaba a 1,38 m.
Torhuela, por Pihuelo y Tortolita II
Se amansó y fue una estupenda piarera; mansa, muy firme de lomo, cómoda, buena pisadora, sin ningún resabio. En esos años no tenía arreglador y nunca se arregló ni corrió en los corrales, pero suplía todo con sus grandes disposiciones naturales. Fue mi monturera preferida.
Esta yegua fue prolífica, buena criadora y muy longeva. Murió a los 24 años. Dejó estupenda descendencia con todos los potros que se le pusieron, incluso con los que en general no dieron bueno. Sus características las transmitía fielmente hasta en sus más mínimos detalles. Todos sus hijos se comportaban iguales en la amansa, en el arreglo, en el campo y en los corrales.
Conservé y reproduje en "La Invernada" a "Enchufito", N° 11.695, hijo de "Enchufe"; a "Buenas Noches", N° 13.389, también del "Enchufe"; a "Purhuela", N° 15.259, hija de "Puestero", N° 11.866; a "Pepilla", N° 20.866, y "Codiciada", N° 23.534, hijas de "Granerino", N° 13.372; a "Cerruca", N° 27.653, hija de "Tilo", N° 9.636; y a "Pajarera", N° 28.383, hija de "Labrador", N° 22.259. Toda esta descendencia mejoró el esqueleto de su madre y conservó el sello y las cualidades morales. Nunca me desprendí, a pesar de las generosas ofertas, de ninguno de estos ejemplares, sin dejar en el criadero un descendiente directo. De todas, sin discusión, la mejor fue "Buenas Noches", N° 13.389, considerada en su tiempo como una de las mejores yeguas del país, con la desventaja que siempre la corrió Evaristo Acevedo, un gran jinete y arreglador, pero que nunca en los rodeos oficiales le gustaba exigirla a fondo, y a "Buenas Noches" se le podía exigir cualquier cosa en una medialuna, ya fuera con novillos pesados o chicos, lobos o cargados. Evaristo Acevedo confesó un día que prefería menos premios para evitar que las ofertas de compra pudieran hacer ceder a "La Invernada" y fuera esta transferida. Sin embargo, obtuvo incontables premios; casi nunca que corrió dejó de premiarse, y, por cierto, con numerosos Champions.
No era posible pensar, en la segunda etapa de "La Invernada" lograr en un tiempo más o menos breve reunir un lote adecuado de ejemplares, basándome exclusivamente en la producción de la "Torhuela". Resolví, entonces, al contrario de cuando me inicié, comprar en los mejores criaderos del país lo que realmente me gustara. Deseché la idea de comprar lo que estaba en plena temporada de éxito en los rodeos, pues, estos caballos generalmente no se venden, salvo que sea en precios desorbitados. Pero, en cambio, pude adquirir todas las yeguas de cría que me propuse. Muchas las pagué a altos precios, pero siempre consideré la operación favorable para "La Invernada". En el transcurso de los años he comprado muy buenos ejemplares en Acleo, de don Miguel Letelier; Los Maquis, de Fernando Hurtado; Las Pataguas, de Pedro Juan Espinoza; Casas de Renaico, de Edmundo Moller; y Hacienda Illapel, de don Sergio Irarrázabal. En el año 1968 compré, con Germán Claro L., el criadero Aculeo, con su marca y todos sus ejemplares. Después de algunos años, vendí a Germán Claro todos mis derechos en Aculeo, quedándome solamente con "La Invernada".
"La Invernada" reprodujo a otros potros a saber: "El Tutito", N° 39.789, por "Descariñado", N° 20.923., potro corrido por Alberto Montt, y "Buenas Noches". "El Tutito" es un potro muy armónico, de mucho sello, grueso, de buenos huesos, con el lomo firme, clásico de los descendientes de la "Torhuela", pero de poca talla, 1,40 m.
Se reprodujo también es "Brasilero", N° 45.913, el último hijo macho de "Enchufito" en la yegua "Marimoña", N° 23.548, de pura estirpe aculeguana, hija de "Zanjón", N° 10.328 y "Ultramarina", N° 8.189. "Brasilero" es un potro de mucho sello, bien proporcionado, buenos bajos, de huesos firmes, pero de poca alzada: 1,38 m.
También sirve en "La Invernada" el potro "Aniversario", hijo de "No Me Toques" en la "Greda", N° 17.334, ambos aculeguanos puros.
Todas las exigencias, en lo que se refiere al animal zootécnicamente considerado, nunca serán exageradas, pero, en cambio, no es prudente extralimitarse en los cuidados y alimentación de las crianzas criollas sin exponerse a atentar contra las cualidades mismas de la raza. No debemos olvidar que todas las energías potenciales son productos del rigor impreso por la naturaleza a través de generaciones y, si este ambiente, hostil y duro, lo vamos reemplazando lentamente por las comodidades de la pesebrera, la carga, el estimulante y el hábito generalizado del grano, iremos también, en forma segura, debilitando la sobriedad, resistencia y la rusticidad de nuestro caballo de campo.
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