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Sólo unas gotitas... pa'la sazón II

Revise la columna de opinión de Arturo Lavín.
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Sólo unas gotitas... pa'la sazón II

Por Arturo Lavín Acevedo. Envíe sus comentarios a editor@caballoyrodeo.cl  

Vamos viendo. Como cuando estábamos en clases en el colegio y nos tocaba un profesor preocupado, de esos que hacían un resumen de la clase pasada antes de iniciar la nueva. Veamos. El caballo se originó en América y se extinguió después de la cuarta glaciación, más menos 175.000 años atrás. No quedó ninguna descendencia en su territorio de origen, el que fue básicamente Norte América. En el Viejo Mundo, al que pasó probablemente por el estrecho de Bering desde Alaska, se originaron diversas especies de caballos, hemiones y cebras, cada cual tomando su propio camino evolutivo. Los restos más antiguos de caballos propiamente tales fueron encontrados en Europa Central y en China. ¿Támos?

Según lo que se sabe, siguiendo básicamente con Cabrera, en la última parte de la era cuaternaria, cuando el hombre estaba empezando a domesticar animales, la única especie de caballos que persistía era el Equus caballus, o, a lo sumo, dos si se considera como especie diferente al caballo de Przewalskii. Es éste el caballo salvaje del desierto de Gobi y de la Zungaría, el que en tiempos pretéritos parece haberse extendido por toda el Asia Central y que, por muchos naturalistas, es considerado no más que una subespecie.

Así, mientras que en la mayor parte de Europa vivía el verdadero caballo, cuyos últimos representantes salvajes fueron los tarpanes del sur de Rusia extinguidos a principios del siglo XIX, en el África septentrional (África del norte) existía el Equus caballus mauritanicus, el que tal vez vivió también en el sur de la Península Ibérica (España y Portugal). Domesticadas estas razas en sus respectivos países y cruzadas luego entre sí como consecuencia de las migraciones humanas, dieron lugar a los primeros tipos de caballos domésticos, de los que, en el transcurso de los siglos, se han venido derivando las razas que hoy conocemos.

Hay que hacer aquí una pequeña precisión a la luz del conocimiento actual. El tarpán fue recuperado por trasplante de embriones extraídos a los últimos ejemplares que quedaban en los zoológicos, muy viejos ya como para reproducirse naturalmente, y traspasados a yeguas una vez fecundados. Hoy existen pequeñas manadas de tarpanes salvajes, otra vez, en el que fuera su territorio natural, el Asia Central.

En cuanto a la domesticación del caballo, si bien los primeros lugares propuestos fueron Arabia, para algunos, y el Asia Central para otros, la información posterior hace presumir que existieron, al menos, tres lugares en tiempos relativamente cercanos, unos 5.000 años antes de la era cristiana. La Siberia sudoccidental, el sur de España y el norte de África, en alguna parte del Sahara, aunque éste último cuenta con mucho menos antecedentes fidedignos para precisar la época.

Hagamos un comentario. Existe en el mundo la idea generalizada en cuanto a que el caballo árabe es el desideratum o el paradigma de lo que debe ser un caballo. Como ésta idea circula en los más diversos ambientes, principalmente entre los menos doctos, lo corriente es que cuando alguien quiere darle alcurnia a una raza o, incluso, a un caballo, lo primero que hace es entroncarlo con la raza árabe. Tenga antecedentes valederos o no.

Lo que se conoce como raza árabe en su conjunto, hasta donde yo se, es una raza afro-asiática, ya que su lugar de origen es la península arábiga y sus alrededores. Pero sus alrededores están sitos tanto en África como en Asia. Veamos. La raza tiene tres variantes: hacia occidente la egipcia; en África; hacia el oriente la persa, del actual Irán, en la Mesopotamia, Asia; y, al medio de éstas dos, la Siria, también en Asia, en la parte basal, si se pudiera decir, de la península arábiga, por allá entre el Golfo Persa y el Mar Rojo. Básicamente es el mismo caballo, pero con diferencias que permiten separarlos claramente. Ya lo veremos más adelante.

Hoy, el tipo del caballo árabe actual corresponde más al de la Siria, que, además, es lo más cercano o está casi en la península que le dio el nombre Éstos países, Egipto, Irán y Siria, no están habitados por árabes, si no que por egipcios, persas y sirios. De ellos lo más cercano a ser árabe es Siria, aunque los árabes-árabes, están un poco más hacia el sur, en la península arábiga propiamente tal, donde está Arabia Saudita. ¡Claro!... lo que sí... es que todos son musulmanes y desde hace un buen tiempo.

Hasta aquí vamos bien, pero el asunto hay que precisarlo más. Hoy, normalmente, se suele confundir lo árabe con lo musulmán. Aquí hay que recular en la historia. Los árabes son una raza humana, los musulmanes son los creyentes de una religión y, entre ellos, los hay de muchas razas humanas, incluso algunos chilenos.

La religión islámica, o musulmana, deriva de las enseñanzas de Mahoma, o Mohamed, el profeta. Entre paréntesis, si bien Mahoma en el Corán se refiere bastante al caballo y a la relación del hombre con él, la verdad es que el montaba en una mula, blanca y de nombre FADDA. El asunto es que Mahoma, recién tranqueaba en su mula blanca por los años 500 después de Cristo. ¿A qué voy con esto? A que antes de Mahoma no existía, no podía existir, la confusión entre árabes y musulmanes y los pocos árabes propiamente tales estaban y habitaban la región de Arabia, no en el norte de África, o como se llama a todo lo que de ese continente linda con el Mar Mediterráneo frente a las costas de España y un poco más hacia el este. Es decir, lo que hoy son Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, ésta última un tremendo y desértico país que ya linda con Egipto por el este.

Sigamos precisando. De éstos actuales cuatro países Libia queda como cortada por la punta oriental de los Montes Atlas, los que recortan la parte norte de África, donde fue y es posible establecer crianzas de caballos, ya que al sur y al este de ellos, que corren medio en diagonal, o picorniados, como diría on Leute, está la inmensidad del desierto del Sahara. Claro, en el desierto se hicieron famosos los caballos árabes, compitiendo con los camellos y dromedarios en las travesías de las caravanas. ¡Pero! Y un pero grande. El desierto era atravesado por los tuaregs o beduinos, algunos a caballo, pero a éstos había que llevarles comida o hacer jornadas entre oasis y oasis, ya que por muy resistentes que fuesen, requerían comer y, especialmente, tomar agua. ¿Cómo se iban a criar manadas de caballos en el desierto, ahh?

Por último, digamos que a toda ésta parte del África, al norte de la cordillera del Atlas, se le llamaba Berbería y los beréberes eran sus habitantes. Nombre que también se usó para designar a los piratas del Mar Mediterráneo durante la Edad Media, no importando de qué país fuesen, sólo bastaba que fueran de la costa norte del África. Lo que a nosotros nos importa, es el tipo de caballos que había en ésta zona cuando los musulmanes invadieron España. Ya vamos allegar a eso. ¡Ahh..., se me olvidaba precisar algo, los beréberes no eran un solo pueblo o raza, eran o son los habitantes de una vasta zona geográfica.

Aquí vamos a tener que recular otra vez. Pidámosle a Don Uldaricio que nos eche una apuntaladita.

¿Qué caballos había en España? O mejor... ¿Desde cuándo había caballos en España, y como eran? Démosle la palabra a Don Uldaricio:

?En España, la existencia del caballo data desde tiempos mui remotos, pudiendo decirse prehistóricos, puesto que a lo menos, al sur de ésta península (Iberia; España y Portugal), se han encontrado restos fósiles, que probablemente corresponden a los mismos descubiertos en el Norte del África (Como lo certifica Cabrera), hipótesis fácilmente admisible, ya que no ofrece duda el haber antes existido unidos, estos dos países (España y Marruecos), hoy separados por el estrecho de Jibraltar. Este tipo de caballo correspondería a la raza autóctona, característica del Berberisco primitivo o Africano.?

Desde éste caballo primitivo se fueron originando otras estirpes o castas, no digamos razas todavía, dependiendo de las mezclas que se fueron sucediendo con los caballos incorporados por los pueblos que conquistaron y dominaron la Iberia, y por el contacto con sus vecinos que también poseían caballos.

El primer caballo extranjero que parece haber llegado a Iberia en cantidades como para implicar una mezcla, fue el celta. Don Uldaricio lo llama el tipo Celta, ya que seguramente no debe haber sido absolutamente homogéneo y por eso no conviene hablar de razas. Este es un término para referirse a animales que, a través de la crianza controlada por el hombre, logra una gran uniformidad de características.

¿Cómo era el caballo celta? ¿De dónde llegó?

Partamos por la cabeza. Los Yávanas pertenecían a las primeras tribus descendientes del tronco Ario que emigraron, 3.000 años antes de Jesucristo,  desde las estepas del Asia Central (Bactriana o Turquestán, actualmente Turkmenia). Esto está al este del Mar Caspio, al ladito del actual Afganistán. Al pasar a Europa fueron llamados celtas, germanos y eslavos. Ocuparon toda la parte oeste (occidente) de Europa: España, Francia, Germania, una parte de Italia, los tres reinos de la Gran Bretaña e, incluso, Suecia, Noruega y Dinamarca.

Este pueblo trajo a Europa un caballo muy chico, el que pudo ser descrito por algunos ejemplares encontrados en el norte de Inglaterra por un hipólogo de la Universidad de Edimburgo en Escocia. Su alzada debió ser de no más de 1.20 m y normalmente era bastante peludo, sobretodo en invierno. Este pequeño caballo es el antecesor de varios caballos antiguos e, incluso, actuales. Entre ellos valga mencionar a los actuales poneys de las Islas Británicas (a los que comúnmente llamamos manpatos) y a las antiguas hacas, hacaneas o jacas que existieron desde España hasta Túnez.

El profesor de Edimburgo clasificó a éste caballo como Equus caballus celticus, y se identifica por la ausencia de espejuelos o castañas en sus miembros posteriores y de los espolones en los nudillos anteriores, particularidad que ha sido notada en algunos caballos chilotes. La otra herencia que le dejó éste caballo al caballo americano actual, a algunos por lo menos, es su tendencia a amblar, es decir a moverse por laterales en vez de por diagonales, el aire típico del caballo peruano de hoy y de muchos chilenos antiguos.

Cuando los celtas llegaron al sur de Francia, en el valle del Ródano, pegadito al Mar Mediterráneo, y cerquita del norte de España, encontraron que los habitantes autóctonos también tenían un tipo de caballo. Éste era el caballo camargués o de la Camarga, una zona de médanos y pantanos en los cuales no se sabe si los caballos andan o flotan.

Es famosa, hasta el día de hoy, la fiesta del hierro, cuando los jinetes camargueses rodean a estos caballos salvajes para marcar a fuego a los potrillos nuevos. Éste caballo fascinó a los celtas, ya que era más grande que el que ellos traían, de 1,30 a 1,40 de alzada, casi como el chileno de hoy. Por supuesto que lo adoptaron y mezclaron con el que ellos traían. El caballo camargués sería una raza autóctona derivada de un caballo del cuaternario. Estuvo muy mezclado con el berberisco y con algo de asiático, aunque desde hace algún tiempo se ha trabajado en la purificación de dicha raza.

Un aleluya. A las tierras donde se crían estos caballos, que son comunitarias, de hecho los caballos no pertenecen a dueños individuales, se les llama la mesta. De aquí viene el término mesteño, es decir, propio de la mesta. De ésta palabreja deriva, en inglés, el término mustang, que quiere decir, justamente, mesteño, o sea, sin dueño. El nombre del famoso caballo de los antiguos cowboys norteamericanos es en esencia una palabra castiza. Claro... hasta antes que se montaran en el Cuarto de Milla, el que en realidad, hasta hoy, es un enjambre de razas.

Yo les dije. La cosa es medio enredada, así que no me culpen ni se "lamienten" de no haber "estudeao" bien la geografía, como me dicen on Leute y on Piolo cuando conversamos de esto. ¡Saben!... agarren un mapamundi, ojala de los antiguos, así se va haciendo más fácil ubicarse. Yo lo hago así por lo menos.

Nos damos un descansito.

Arturo Lavín Acevedo, Cauquenes del Maule, abril del 2008.

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