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Claudio Bravo, un apasionado por el Caballo Chileno

        Montura de caballo chileno (1992), de Claudio Bravo.
El insigne artista, cultor del Hiperrealismo y que falleció en Marruecos, fue el creador del criadero Laderas del Llanquihue.
Autor:

Por Miguel Angel Moya

mmoyab@hotmail.com

Pocos conocen esa estrecha relación con el Caballo Chileno que mantuvo durante bastante tiempo el prestigioso pintor chileno Claudio Bravo, fallecido a la edad de 74 años el fin de semana en Marruecos, país donde residía desde hace varios años.

Artista, maestro del hiperrealismo, fue el fundador del criadero Laderas del Llanquihue, y quien supo muy bien de esos comienzos como criador de este insigne artista, fue Luis Ellwanger, dueño del criadero Puchaura, quien recordó para Caballoyrodeo.cl la forma en que estableció vínculos con el maestro Bravo.

"Yo lo conocí como persona primero que nada: él me dio su nombre cuando llegó al criadero y mi empleado y gran amigo, Aliro Pérez, que en paz descanse, lo atendió muy bien. En ese momento yo estaba en mi casa, porque él llegó en forma muy sencilla al criadero, ya que quería comprar caballos en los dos mejores criaderos que había en ese tiempo, que era La Amanecida y el Puchaura. Venía llegando del extranjero y le habían dicho que los dos mejores criaderos que había en la Zona Sur eran esos. Había pasado ya a ver a don Alberto Schwalm y después llegó a mi criadero".

Señaló que aquello ocurrió allá por el año 1995 y que incluso el pintor tomó en brazos a su hijo Tomás y lo quiso dibujar.

"Dijo que era igual a él de niñito y que le gustaría pintarlo; y nosotros nos preguntamos ¿y este caballero quién es? Imagínate lo que perdí después de la amistad que tuve con él, porque al año siguiente volvió: Me compró dos veces en el criadero y él me invitó a ver sus pinturas; fue algo fabuloso".

Añadió que Claudio Bravo le compró un hijo del Aguacero, el Aguacerito, y después una hija del Taco.

"Él quería caballos, quería criar caballos a la orilla del lago Llanquihue, en el fundo que tenía cerca de Puerto Octay. De hecho lo fui a ver cuando pintó una montura de carpincho; fue algo que tengo muy grabado para el resto de mis días. Era impresionante verlo pintar, sudando como dicen los huasos y muy metido en lo que hacía. No volaba una mosca y yo tenía que entrar en cuclillas, porque si no quedaba la grande".

Señaló que el pintor le pedía que nadie se enterara de su presencia, le gustaba pasar completamente desapercibido.

"Andaba de huaso; se compró unos muy bonitos chamantos; disfrutaba de los rodeos acá, en Puerto Octay, en Frutillar, en varios rodeos con unos chamantos muy bonitos. Pero lo único que quería es que no lo pillaran los periodistas. Lo tuvimos en la casa, nosotros fuimos a la suya varias veces y tuve que llevarle personalmente la yegua que me compró".

A preguntarle si alguna vez Claudio Bravo le dijo que quería pintar un caballo de su criadero, respondió: "Sí pues; de hecho, la yegua que me compró la quería pintar. No sé si finalmente lo hizo, pero sí lo ví pintando la montura que le mencioné y ese cuadro con los zapallos, que me dio ganas de hasta movérselos para saber qué pasaba. El cuadro era una verdadera foto; impresionante verlo cómo pintaba; un artista de nivel mundial, de todas maneras".

Con la crianza en los genes

Y quien también supo mucho de la faceta de criador del gran artista plástico chileno fue el médico veterinario Gonzalo González, quien narró lo siguiente a Caballoyrodeo.cl: "El criadero se vendió el año 2000 y partió 12 años antes. Y partió porque Claudio Bravo nació en Valparaíso, pero su familia tenía campo en Melipilla. Él toda la vida se vinculó con los caballos chilenos. O sea, su padre fue criador de caballos chilenos y él cuando llegó a Chile decidió comprar un campo, y quería adquirirlo en el Sur y que fuera para criar caballos chilenos".

"Entonces, le elegimos el campo, en esa época yo trabajaba con un sobrino suyo, con José Tomás Barros, quien lo asesoró durante varios años. Se compró el campo y ahí se fundó el criadero Laderas del Llanquihue. Yo lo ayudé en ese proyecto con los arquitectos, en todo el diseño de lo que era la estructura, qué era lo que necesitaba el criadero, el tamaño de las pesebreras, los boxes; en fin, partimos juntos en eso. Yo trabajé con él los 11 años que estuvo en Chile criando. Me tocó asesorarlo y compramos un hijo del Estribillo, el Espejismo, un propio hermano del Espejo y que todavía lo tienen en el criadero y que se lo compramos a Humberto Bozo. Y también compramos un hijo del Taco, que se llamaba Tacho. Compramos también dos yeguas donde uno de los Gaedicke; también donde Ramón Cardemil, en un remate del Santa Isabel y en otros criaderos más. A mí me tocó comprar y formarle un staff de yeguas", acotó.

Dijo que el criadero fundado por Claudio Bravo siempre se consideró un criadero boutique, para lo cual se contaba con 16, 17 yeguas, todas de la mejor genética.

"Y ahí partió el criadero; después sucedió que a él se le murieron dos hermanas en Chile, y el hermano se fue a vivir a la isla Juan Fernández. Entonces, la verdad que le quedaban dos hermanas en Europa, una en España y otra en Francia y como que ahí se desencantó. Además que había otro problema; él venía a pasar su cumpleaños en Chile, que era en diciembre, y se quedaba sólo tres meses en el país, porque después bajaba mucho la luminosidad y le costaba pintar en Chile. Un buen día me llama por teléfono y me dice que quiere vender el criadero y que yo le ubique entre mis clientes de la hípica, porque yo trabajo mucho con haras de caballos de carreras bastante grandes y con gente muy pudiente, alguien que quiera comprar el campo que lo tenía a la venta. Y ahí se lo vendimos a una de las hijas de la Icha Solari, la Cecilia Carlessi Solari, quien es casada con Alejandro Gil. Ellos se quedaron con el campo y el criadero Laderas de Llanquihue. Esa es la historia".

También recordando aquellos años en que compartió con el maestro, dijo que era un hombre muy ameno, y que se hicieron muy amigos.

"Conversábamos muchísimo cuando venía a Chile; y yo lo iba a ver todos los meses que permanecía acá y me tocó administrar sus bienes también", afirmó finalmente.

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