Falleció el Principio Peumo, campeón nacional de Rodeo en 1998

Una lamentable noticia fue la que recibió el Criadero Principio en la mañana de este martes al enterarse de la muerte del caballo Principio Peumo (N° 107458), que fuera campeón nacional el año 1998, bajo la conducción de Alejandro Pozo Luco y acompañado por Campo Bueno II que era dirigido por José Manuel Pozo Luco, quienes ganaron el 50º Campeonato Nacional de Rodeo de Rancagua con 35 puntos más 11 en el desempate.

El castrado falleció  a los 27 años de edad (nació el 20 de noviembre de 1988), hijo del Bandolero (Bellaco y Amargura) y de la Codiciosa (Domingo en la Cumbre y Codicia), que además fue tercer campeón nacional el año 1997 con 30+6 con su fiel compañero Campo Bueno II.

Llegó al Campeonato Nacional conducido por Alejandro Pozo y acompañado por Principio Campo Bueno II en 1997,1998, 1999, 2000 y 2001. En 2003 en adelante llegó con Principio San Clemente y en 2004 bajo la conducción de José Manuel Pozo Parot.

En 2005 volvería al Nacional con Alejandro al igual que en 2006 para correr lo que su último nacional de rodeo.

Un caballo que destacó por su efectividad al correr por la orilla y enquinchar de la manera elegante y determinante, sin dejar espacio a dudas y con una regularidad que le permitió mantenerse durante muchos años en la alta competencia. Peumo fue iniciado por Ernesto Vásquez, lo avanzó José Pino y fue finalmente José Manuel Pozo Luco quien lo terminó. Después fue corrido por Vicente Yáñez y posteriormente se subirían Alejandro Pozo y José Manuel Pozo Parot.

Peumo y una atajada del recuerdo bajo la conducción de su jinete Alejandro Pozo

Con mucha nostalgia y emoción su destacado jinete Alejandro Pozo Luco expresó a Caballoyrodeo.cl: "Fue un caballo que nos dio mucho, era un caballo extraordinario en todo sentido, vivió harto y vivió mucho corriendo, siempre muy bueno y llegando a todas de manera muy regular. Era un manco obediente, fiel, rápido, tenía un golpe fuerte, no importaba por donde corriera el toro, él los paraba igual nomás".

"Junto con el Campo Bueno II fueron una gran collera, quizás el potro dejó algo más de historia producto de su descendencia, en cambio Peumo dejó el recuerdo de su efectividad y manera de correr, producto de su regularidad y facilidad que tenía para hacer todo tan simple", agregó.

"Una anécdota que recuerdo mucho fue cuando fuimos a correr a Canteras de O'Higgins y sentí que el caballo no andaba bien, que algo le pasaba, algo muy raro en él, conversamos con mi hermano y dijimos no lo corramos más, después nos enteramos que el caballo estaba con fiebre, fue la única vez que no anduvo bien porque estaba enfermo, las pocas veces que no anduvo a su nivel era porque algo le pasaba. En lo personal estoy muy agradecido del Peumo y quedaremos con el recuerdo de todas las satisfacciones y grandes momentos que nos hizo vivir", finalizó.

Peumo a la izquierda en un homenaje que se realizó años atrás en San Clemente, acompañado por el Campo Bueno II.