Un viaje de amistad por la naturaleza
Por Edgardo Angulo Aguayo
Un grupo de profesionales de la salud con otros amigos, donde se incluyen dos padres que van con sus hijos, hacen este tipo de viaje hoy en día una vez al año. Se elige la fecha para la primavera y lo primordial es que estos amantes del caballo se organizan con bastante tiempo para hacer viajes por zonas poco conocidas. Lo ideal son bellos paisajes, terrenos ojalá poco conocidos por la gente, se incluyen zonas vírgenes, bosques, costa. Lo importante es que les deje en su memoria esos lindos recuerdos de donde estuvieron. Van bien montados de a caballo, algunos de estos de mayor experiencia que se juntan con mancos nuevos.
Esta vez el grupo está compuesto por 14 personas, todos van bien equipados, de ropa aperos para todo tipo de terreno y clima, esa es la gracia -acotan algunos-, le acompañan un par de personas (dos ayudantes de viaje fueron Don Dago y Don Luchín) que van a cargo de la alimentación, del cuidado de los caballos y otros menesteres como carpas, alimentos.
Estos jinetes emprenden este viaje, para conocer esta vez la zona costera de La Unión donde hay lugares de hermosa naturaleza, de caminos poco conocidos o de huellas solamente, donde caben solo de a uno en fila a veces, con terrenos difíciles, pero de gran belleza, donde no hay rutas ni caminos normales. En síntesis, para gozar de nuestra naturaleza que muestra incalculables zonas de mucha vegetación de zonas rocosas y piso difícil gredoso y pesado. Esto es llamado el Parque Nacional del Alerce Costero, zona poco conocida que pertenece a la Conaf, de la cual ellos obtuvieron el permiso necesario para recorrerlo.
Se elige con anterioridad el lugar, los jinetes y sus cabalgaduras llevan una tarea específica, el lugar a visitar y recorrer tantos kilómetros diarios, trazan los caminos en un mapa, se calculan las distancias horas y términos del viaje día a día. Esto viaje contempla alrededor de cinco días de travesía, con los descansos respectivos para el grupo y sus caballos.
El mapa de la ruta a seguir lo hacen los cabezas de serie que son los Dres. Juan Carlos Rodríguez Duque, (Hospital del Tórax) el Dr. José Gutiérrez Salamanca, Otorrino de Temuco, y el Dr. Juan Rivera Flores, (Hospital del Tórax) que son los viajeros más antiguos, alrededor de más de 30 años en este tipo de aventuras, este último es el encargado de hacer el mapa del viaje, ya que es mas conocedor de cómo manejarse en mapas y rutas a seguir, también colabora todo el grupo en otros aspectos, se preocupan de la comida, de la carga que deben llevar de carpas para acampar, en realidad todos se ayudan mutuamente.
Así se dirigirán al Parque Nacional del Alerce Costero, previo encuentro el día viernes en el Cruce Los Tambores (La Unión y Rio Bueno) para ser llevados en Bus a la zona de partida que será en el Mirador. Eso sí que el camión que lleva los caballos debe pasar a buscar un par de hermosas yeguas del Criadero Quilén.
Llegaron ese día viernes al donde les esperaban con los caballos con todos su aperos puestos a montar y comenzar la travesía ya acordada, parten en el Mirador camino a Hueicolla, donde emprendieron el viaje pasaron por el Río Colún, el cual atraviesan (ver foto) recorriendo paso a paso con sus mancos, siguen caminando por la orilla del mar donde los caballos van chapuceando con sus patas por las olas que van desapareciendo con su espuma que va quedando marcada esa agua salada, esto refresca a los caballos que aprovechaban además que contaban con un buen día.
Después del descanso a dormir para proseguir el camino hacia Chaihuín zona de mucha belleza que es en verano muy topo, donde llega la gente a vacacionar. Se acerca el último tramo para llegar el día martes 20 a las Romazas, lugar que pertenece a la Conaf, como estaba estimado para ese día.
Llegamos a esperarlos a ese lugar, pero pasaban la horas y no aparecían, entonces le pedí al funcionario de Conaf si podíamos ver por donde llegaban, así le salimos a recibir caminando más de 2.5 kms. cuesta arriba por un camino pedregoso con marcadas grietas de roca de barro virgen. Era como tierra arcillosa muy resbalosa que hacía difícil caminar por allí contando con mi regular estado de salud, después de haber sido operado por un par de estos médicos que hacían este viaje.
De ahí salió el interés de dar a conocer este grandioso viaje, pero me di el ánimo de subir y salir a encontrarlos con el segundo aire que me daba el camino difícil. Hubo un rato que de nuevo me faltó el aire, pero me recuperé y me sentí con nuevos bríos así pude seguir subiendo acompañado por César Díaz, funcionario de Conaf, que tuvo la gentileza de acompañarme. Llegó el momento que no podía subir más, me quedé afirmado de un buen palo tipo bastón que me cedió Cesar, de ahí mi compañero anduvo 50 metros más arriba yo le estaba mirando, le pregunté se escucha o se ve algo del ellos, no nada – me dijo-, ¿qué hacemos nos volvemos? Pero luego replica para qué, sí ahí vienen. Y no era broma y salí a buscralo donde me encuentro con Patito, mi doctor. Un gran amigo que he hecho en este tiempo, el Dr. Patricio Rodríguez Duque. Fue el quien me operó de un pulmón, y por supuesto que quedé muy bien, me abrazo con él, y me dice qué hace usted aquí, si lo tengo en reposo y mas encima está con tratamiento de quimio. La respuesta fue clara: Gracias a Ud. estoy aquí Doctor y mi deber era estar con Uds.
Como buen reportero vi que había una necesidad de dar a conocer lo que este grupo de doctores hace con estos viajes de aventura total, de allí luego van pasando uno a uno y van bajando por ese camino. El camino, es difícil más aún la bajada por el piso resbaloso y con grietas de surcos hechos por el agua que ya caía mas copiosamente en ese momento, estas gotas bajaban por las mejillas de la cara de estos nobles hombres, viajeros de la naturaleza, que cumple lo que cada año persiguen: Conocer nuestro Chile.
Se van presentando uno a uno, Dr. Juan Rivera, Dr. Juan Carlos Rodríguez quien me reta diciéndome cómo llegó hasta aquí Edgardo si usted está en tratamiento, le seguía el Dr. José Gutiérrez, el Dr. Rafael Prats, el Dr. Rodrigo Gil, el Dr. Juan Rivera Flores con su hijo Matías Rivera Olivares, también médico en Valdivia, Hugo Valenzuela Correa, ejecutivo de ventas insumos médicos, Manuel Rodríguez Arquitecto, hijo del Dr. Juan Carlos Rodríguez y yerno de don Juan Heiremans, que venía a su lado, y seguían dos ayudantes encargados de los caballos... Guillermo Méndez, y así fueron llegando a la zona de la romaza, lugar hermoso plagado de bosques naturales, como alerces, ulmos, pinos y sigue un sinfín de bosques de arboles nativos y de toda la flora presente en ese hermoso lugar digno de conocer.
Menos mal que se me ocurrió llevar un par de termos con café, pan, fiambre y algunos pastelitos que vino de perilla al grupo que ya empezaban a descansar y cambiarse ropa por la mojada que estaban recibiendo por esa larga y ultima caminata donde la lluvia seguía y valía la pena un aro en este instante
Este tipo de viajes que ya son más de setenta los hechos por este gran grupo de amigos, antes lo hacían hasta tres veces al año, pero el trabajo y el tiempo no le dan más que un viaje al año. Dicen que aprovechan la primavera para hacer estos viajes que el clima es mejor y lugares a ver más hermosos con su verde natural. "Esto nos produce una delicia un relajo, estar en contacto con la naturaleza, en los descansos sentarse un rato hablar con los amigos, esto es de mucha solidaridad, de ayudarse unos a otros alimentarse y descansar. De ahí si lo más importante son los caballos que nos permiten recorrer muchos lugares, jamás ha habido alguna discusión, todos con buena onda, en síntesis cumplimos un viaje maravilloso, nuestros caballos se portaron fabulosos y nos queda agradecer a quienes nos cooperan con prestar algunos caballos, como Carlos Cornelius del Criadero La Carmelita, Carlos Schwalm del Criadero Quisquelelfún y los que consiguió Ud., Don Edgardo con Fernando Schuck del Criadero Quilén, vaya para todos Uds. un agradecimiento total por todo", relatan.
Así les dejamos, que ya llega el bus a buscarlos, recogerán sus vehículos y se las emprenden hacia Pucón, donde les espera el congreso médico en el cual ellos deben estar presentes para volver a su habitual labor de galenos.
Los viajeros fueron Dr. Juan Carlos Rodríguez D., su hijo Manuel (arquitecto) Dr. Patricio Rodriguez D. Dr. José Gutiérrez Salamanca, Otorrino de Temuco, Dr. Rodrigo Gil Dib, Juan Heiremans, Dr. Rafael Prats Manganelly, Dr. Juan Rivera y su hijo Dr. Matías Rivera, Guillermo Méndez, Hugo Valenzuela Correa y Juan Carlos Corbeaux, Bioquímico Farmacéutico.
El comienzo de este tipo de viajes lo empezaron los Dres, Rodríguez, Gutiérrez y el Sr. René García cuando trabajaban en Temuco allá por los años setenta. Una bella historia de aventuras que había que contar.