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Anuario de 1973: Discurso por la mujer del Rodeo de Rancagua

Revisa este artículo publicado en la Revista de la Asociación de Criadores de Caballares y de la Federación del Rodeo Chileno.

En el Anuario de 1973 fue publicado esta nota titulada "Discurso por la mujer del Rodeo de Rancagua".

Revisa la transcripción de este artículo:

"En verdad, en verdad os digo",

que el Rodeo de Rancagua se borda con hilos de oro y con la forma de un corazón entre las espigas.

Su altura pasa de álamo, llega más allá del lucero.

Su condición es la misma historia del huaso

o los viejos poderes del vino con duraznos como estrellas.

Más sabe el huaso por huaso que por diablo y ama la fiesta con alazanes de cobre y claveles iracundos, apura las espuelas, se pone el cielo en vez de chamanto y sale a la maula de tres días con nombre de cueca.

Oiga, amigo, ¿sabe usted por qué sucede este rodeo?

¿Qué horóscopo gira su signo de marzo hasta las quinchas?

¿Qué patrimonio chileno asciende a bandera y viento?

¿Por qué el domingo se escolta de sábado y lunes a toda guitarra?

Aquí, entre hombres, tal como me lo contaron te lo cuento: El Rodeo de Rancagua es un trabajo que da la vuelta al año, afán exclusivo de manos en pensamiento y persona, dedicación de mujer en dirección obligada a la alegría.

Sí, señor, ella hace bailar las chucharas y teje a cuchillo la concentración de tomate y cebolla en hemisferios de greda, cultiva el aroma del asado al palo y de la cazuela, alisa las curvas de las empanadas.

Colabora pensando en niño y anciano,

se viste de lila y de rosa para hacer menos la desgracia ajena,

es un puntal que ayuda con vocación de madre,

es pura bondad, fe y esperanza, se alza, sonríe todo el verano.

También por sus manos baja un arco iris

que se hace ramo de luces para sostener la noche:

verdad que su entusiasmo es el mismo del río

que pasa y nunca termina…

A la vuelta de todos los años, ella se asoma a la medialuna como quien espera un milagro formalizado en frutillas.

Aquí uno puede aseverar que la capital del rodeo chileno se funda por decreto y virtud de mujeres chilenas…

Chilena la bienamada,

verdad clara como el agua,

amanece en el rodeo

la chilena de Rancagua.

Como si no fuera nada

va en pensamientos,

crece en dulce tonada,

baila en el viento,

baila en el viento, sí,

a tres colores,

la niña de provincia

es toda amores.

Sí, que es bonita,

usté, pues, mi señorita.

EL PAÑUELO DE LA CUECA RANCAGÜINA

Corazón de cuatro punta,

paloma blanca de veras,

en la mano de la cueca

se vuelve casi bandera.

Duerme esa flor al hombro,

niña morena,

gira la adivinanza

a la chilena,

a la chilena, ay sí,

blanco pañuelo,

sube sobre el sombrero

baja hasta el suelo.

El amor es pañuelo

que llega al cielo.

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