Anuario de 1981: Huaso por 'onde me miren
Carlos Cueto Vidal escribió este poema titulado "Huaso por 'onde me miren", publicado en el Anuario de 1981 de la Asociación de Criadores de Caballares y de la Federación del Rodeo Chileno.
Revisa la transcripción:
Soy huaso y a mucha honra,
y con ardor lo sostengo;
ya que por hombre me tengo,
contento de haber nacido
largo y lindo, le prevengo.
No me hablen de astronomía
háblenme de agricultura,
yo sé doblar la cintura
para allegarme a la tierra,
y saber lo qu'ella encierra
pa'rrancarle su ventura.
Soy huaso p'arar la tierra
y sacarle trigo y pan;
zapallo p'al chrquicán
y papas pa'un guen ajiaco,
rico mosto p'al gran taco,
d'esos mándame llamar.
Para tocar la guitarra
hay sio de los buscaos,
par'animar un asao,
o cantarle a un angelito,
o pa'echarle unos versitos
a unos recién casaos.
Yo me bajo del caballo,
y así no más, como estoy,
una muestra yo les doy
de cómo bailar la cueca,
si está con la púa chueca,
el trompo baila mejor.
De las dichas que yo tengo,
ha sio mi mayor fortuna
correr en la medialuna;
y una vez en un empate
yo cometí el disparate
de hacer saltar las tribunas.
Pa'qué voy a decir,
lo qu'es tener su jauría,
y esperar la amanecía
al filo di' una quebrá
y llegar a la pillá
cerquita del mediodía.
Si m'encargan una parrilla,
nu'es que sea desaliñao,
qu’es mucho más acampao
la carne con sal no más,
entonces usté sabrá:
¡Lo qu'es comerse un asao!
Para capar un lechón
y convertirlo en novillo,
li hago una pasá e cuchillo
y una destorsía al lazo,
qu’en cuánto se da el porrazo;
¡ya tengo pa mi caldillo!
Si hay algo que no me gusta,
es ver apero en mal estao.
Si tiene un lazo cortao,
mándemelo no más por ver,
porque yo en un santiamén
se lo devuelvo colchao.
Yo sé trabajar el cuero
para hacerle un cinturón,
sé desbordar el corrión
para trenzarle un cabestro
y me reservo los restos,
pa' fabricarle un botón.
Para tusar un caballo,
Aunque no soy muy parejo,
bien ordenao lo dejo,
que no parezca mostrenco,
que un hay que despreciar
al penco,
aunque sea feo y viejo.
Yo sé poner la herraúra
en un casco bien vaciao,
y asegurar bien el clavo.
¡Porque es tan lindo escuchar,
el sonoro traquetear,
di' un caballo bien herrao!
Aprendí el aparejar
cuando aún era un chiquillo,
y acomodar los lacillos
por encima del aparejo,
p'asegurar los trebejos
a un macho oscuro-rosillo.
También yo le sé enyugar
pa' trabajar con la yunta,
rematar bien las coyundas,
como se hacía en antaño,
y que hoy nu'es ni aparente,
al decir de los ancianos.
Empertigar la carreta
no requiere sabiduría,
pero tiene su manía,
y cualquiera no empertiga
por muy huaso que se diga,
si es un huaso de hoy en día.
Hoy día una medialuna
se ve repleta de huasos,
igual como se ven los vasos
en la mesa di' un banquete,
o como un fajo e billetes
recién salios del banco.
Ya no se ven esos rostros
de piel por el sol curtía,
las manos encallecías
por la mancera e'l arao,
o por la rienda de amansa
como gajos de la vía.
Yo soy un huaso completo,
no soy huaso del momento,
y porque huaso me siento,
con mi pan bien me lo como,
soy huaso de tomo y lomo,
mucho ante e los reglamentos.
Quedan muchas más razones
pero el verso se despide,
porque el asunto nu'estire,
y me abra su comprensión,
considere que yo soy,
huaso por donde me mire.