Anuario de 1983: Discurso por el Rodeo de Rancagua
En el Anuario de 1983 de la Federación del Rodeo Chileno fue publicado este "Discurso por el Rodeo de Rancagua", escrito por el poeta Rubén Campos Aragón.
Revisa su transcripción:
"En verdad, en verdad os digo"
que el Rodeo de Rancagua se borda con hilos de oro
y con la forma de un corazón entre las espigas
Su altura pasa de álamo, llega más allá del lucero.
Su condición es la misma historia del huaso
o los viejos poderes del vino con duraznos como estrellas.
Más sabe el huaso por huaso que por diablo
y ama la fiesta con alazanes de cobre y claveles iracundos,
apura las espuelas, se pone el cielo en vez de chamanto
y sale a la maula de tres días con nombre de cueca.
Oiga, amigo, sabe usted por qué sucede este rodeo?
Qué horóscopo gira su signo de marzo hasta las quinchas?
Qué patrimonio chileno asciende a bandera y a viento?
Por qué el domingo se escolta de sábado y lunes a toda guitarra.
Aquí, entre hombres, tal como me lo contaron te lo cuento:
El Rodeo de Rancagua es un trabajo que da vuelta al año
afán exclusivo de manos en pensamiento y persona,
dedicación de mujer en dirección obligada a la alegría.
Sí, señor, ella hace bailar las cucharas y teje a cuchillo
la concentración de tomate y cebolla en hemisferios de greda,
cultiva el aroma del asado al palo y de la cazuela,
alisa las curvas de las empanadas.
Colabora pensando en niño y anciano,
se viste de lila y de rosa para hacer menos la desgracia ajena,
es un puntal que ayuda con vocación de madre,
es pura bondad, fe y esperanza, se alza, sonríe todo el verano.
También por sus manos baja un arco iris
que se hace ramo de luces para sostener la noche:
verdad que su entusiasmo es el mismo del río
que pasa y nunca termina…
A la vuelta de todos los años, ella se asoma a la medialuna
como quien espera un milagro formalizado en frutillas.
Aquí uno puede aseverar que la capital del rodeo chileno
se funda por decreto y virtud de mujeres chilenas…
Chilena la bienamada,
verdad clara como el agua,
amanece en el rodeo
la chilena de Rancagua.
Como si fuera nada va en pensamientos,
crece en dulce tonada,
baila en el viento,
baila en el viento, sí,
a tres colores,
la niña de la provincia
es toda amores.
Sí, que es bonita,
usté, pues mi señorita.