Anuario de 1997: El Caballo en la Poesía
En el Anuario de 1997 de la Federación del Rodeo Chileno fue publicado este artículo titulado "El Caballo en la Poesía".
Esta es la transcripción de la nota:
Mucho se ha escrito sobre EL CABALLO, en prosa y en verso. Notable es la conocida Historia Natural del Caballo de Georges-Louis Leclerc, Conde de Buffon, magnífico texto que conjuga los conocimientos del naturalista y del historiador con la admiración por esa maravilla de la naturaleza que es el caballo. La conocida introducción al capítulo sobre El Caballo de Historia Natural de Buffon, obra comparable a la Enciclopedia de Diderot y D'Alembert, es una muestra de las calidades literarias de este notable naturalista, matemático y físico del Siglo XVIII.
Así comienza Buffon, el volumen consagrado a los cuadrúpedos:
"La más noble conquista que el hombre haya jamás hecho es aquella de este fiero y fogoso animal, que comparte con él las fatigas de la guerra y la gloria de los combates; también intrépido como su maestro, el caballo ve el peligro y lo afronta; él se hace con el ruido de las arma, él lo ama, él lo busca y se anima con el mismo ardor; él comparte también sus placeres; la caza, los torneos, la carrera, él brilla, él destella; pero dócil tanto como valiente, él no se deja arrastrar a su fuego, él sabe reprimir sus movimientos; no solamente él se doblega bajo la mano de aquel que lo guía, pero parece consultar sus deseos, y obedeciendo siempre a las impresiones que él recibe, él se precipita, se modera o se detiene, él trata sólo de satisfacer; es una criatura que renuncia a su ser para no existir que a través de la voluntad del otro, que sabe también, prevenirla; que, por la prontitud y la precisión de sus movimientos, lo expresa y lo ejecuta; que siente tanto como lo desea…"
El Caballo ha inspirado también a poetas y escritores.
El gran Alonso de Ercila, uno de los poetas épicos mayores de la humanidad, nos dice:
"Por tierra de Elicura son bajados
catorce valentísimos guerreros,
de corazas finísimas armados
sobre caballos prestos y ligeros;
por estos solo son desbaratados
dos escuadrones tuyos de piqueros;
y visto el gran estrago al improviso,
partí corriendo a darte dello aviso"
El poeta peruano José Santos Chocano también habla del Caballo de los conquistadores:
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
Sus pescuezos eran finos y sus ancas
relucientes y sus cascos musicales…
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
¡No! No han sido los guerreros solamente,
de corazas y penachos y tizonas y estandartes,
los que hicieron la conquista
de las selvas y los Andes;
los caballos andaluces, cuyos nervios
tienen chispas de la raza voladora de los árabes,
estamparon sus gloriosas herraduras
en los secos pedregales,
en los húmedos pantanos,
en los ríos resonantes,
en las nieves silenciosas,
en las pampas, en las sierras, en los bosques, y
en los valles
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
(José Santos Chocano, poema épico peruano, 1875 – 1934, Los caballos de los Conquistadores).
En fin, Jorge Luis Borges, para quien la poesía es:
"Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua;"
nos presenta el caballo así:
"La llanura que espera desde principio. Más allá de los últimos durazneros, junto a las aguas, un gran caballo blanco de ojos dormidos parece llenar la mañana. El cuello arqueado, como en una lámina persa, y la crin y la cola arremolinadas"…
Con razón los poetas han cantado y cantan al Caballo. Ellos expresan por nosotros, con bellas palabras y creativas imágenes, lo asombroso, lo soñado y lo real; el presente y el futuro, lo que ha sido, lo que es y también, con seguridad, lo que será. Es por esto que Octavio Paz nos dice:
"No ha envejecido el sol,
esta nieve es idéntica a la yerba,
siempre y nunca es lo mismo.
Nunca ha llovido y llueve siempre,
todo está siendo y nunca ha sido,…"
Colaboración: Vicente Caruz M.