El adiós a un Arreglador Maestro de la Escuela Huasa: Falleció Adán Urbano
Al alba de este jueves 15 de diciembre partió a la Medialuna Celestial uno de los más grandes del mundo huaso: Falleció el destacado arreglador y jinete Adán Urbano Martínez (QEPD).
En 2022, en un acto en la Medialuna Monumental de Rancagua, a Adán Urbano se le homenajeó como "Arreglador Maestro de la Escuela Ecuestre Huasa".
La ceremonia religiosa será este martes a la 13:30 horas en la Parroquia Santísima Trinidad, ubicada en Sargento Aldea esquina República, en Limache Viejo. Luego su funeral será en el Parque Sendero de Villa Alemana a las 16:00 hrs.
El portal CaballoyRodeo, perteneciente a la Federación del Rodeo Chileno y a la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena, envía sus más sentidas condolencias a su familia.
Mira este capítulo de "Memoria Huasa" con Adán Urbano y Carlos Salamé en Escabullido y Campera. La mixta del Criadero Huelequén que batió récord de puntaje en el Clasificatorio de San Fernando 1994.
Mira esta entrevista de Quinta Rodeo Tv a Adán Urbano:
Entrevista a Adán Urbano en CaballoyRodeo.cl
Secretos del Arreglo, Adán Urbano: "Yo trabajo todos los días caballos"
17 de mayo de 2021
El destacado arreglador y criador contó su estilo de trabajo, la actualidad del oficio y aconsejó a los más jóvenes que comienzan a dedicarse al trabajo de los mancos.
Adán Urbano tiene una trayectoria envidiable y reconocida por todo el mundo huaso. El legendario domador, arreglador de caballos y criador, conversó con Caballoyrodeo.cl en una nueva sección de "Secretos del Arreglo", manifestando que en la actualidad se apuran mucho a los mancos y que por eso duran poco, destacando a grandes maestros en el oficio, contando su método de trabajo y aconsejando a los nuevos preparadores de ejemplares.
- ¿Cómo han sido estos tiempos pandémicos para el oficio?
"En estos momentos la situación no está bien, pero uno como arreglador no puede quedarse parado, tiene que trabajar. Yo trabajo todos los días caballos".
- ¿Dónde está trabajando usted?
"Trabajo en Olmué de forma particular. Hace un año que no soy empleado. Así que trabajo aquí y los hombres del Club Olmué me trajeron para acá, hicieron un galpón y acá trabajo caballitos. Tengo como 15 mancos".
- Usted había trabajado antes en varios criaderos, tiene una reconocida trayectoria…
"Sí, cuando estaba apatronado trabajé en varios criaderos y me fue bien gracias a Dios, no he tenido problemas. Hasta hoy en día, siempre me ha tratado bien este lindo deporte".
- ¿En qué criaderos estuvo?
"Últimamente, donde estuve más, fue en el Criadero Huelequén. También en el sur estuve con Abelino Mora, en el Criadero Las Toscas de don Andrés Levy y en varios".
- ¿Qué le parece el desarrollo actual del oficio del arreglador?
"Este trabajo es muy bonito, pero hoy día la cosa es muy apurada. Apuran mucho a los caballos y duran poco. Yo trabajaba caballos que duraban más de 10 años, pero acá ahora ve uno un caballo bueno, que sale la temporada y se pierde. A los caballos hay que esperarlos. El proceso del arreglo de los caballos es muy largo, porque uno puede hacer un caballo. Hoy día los caballos son muy obedientes, porque la clase que hay es muy buena. Entonces el caballo aprende de todo. Pero el apuro, muchas veces desde la parte patronal, les hace mal y por eso duran poco. Andan bien la primera temporada, pero duran dos o tres temporadas y se terminan".
- ¿Cómo es su trabajo en el día a día?
"Yo sobo mucho a los caballos. Les hago lo mejor posible la boca para que el caballo nunca se enoje, porque el caballo principiante es ligero de genio. Hay que hacerle genio y por eso es largo el proceso. Yo trabajo un caballo un mes al tranco, abriéndolo de atrás y buscando que se me dé de la boca. Eso es al tranco y al trote. Pero qué pasa hoy en día, se trabaja poco así y se le mete velocidad. Si el caballo no está bien sobado de la boquita, no puede andar bien en la velocidad. Para que el caballo no se entusiasme y se corretee con los toros es importante hacerle la base. Acá hay caballos que trabajo dos o tres años, lo entrego bien de la boca y no se enojan nunca. Yo no le pongo nunca la espuela al caballo, me gusta todo a la buena, a la antigua.
Antes quienes trabajaban caballos eran hombres muy sabios y no eran castigadores de caballos, y era muy difícil verlos trabajar caballos, porque lo hacían en la noche. Así trabajo yo los caballos, cuesta mucho porque es un oficio sacrificado, en donde hay que ponerle harto de uno. Hay que trabajar y trabajar. No es algo que usted mande a hacer a alguien, hay que repetirle y repetirle a los caballos hasta que aprendan y se soben de la boca, que es lo principal".
- ¿Cómo se sabe que un caballo será bueno para la competencia?
"Cuesta de decir que un caballo será bueno. Hay caballos que se les da muy rápido y a otros no, así que hay que hacer contrapeso entre uno y otro. Hay caballos súper habilosos y otros lentones. A veces da más confianza un caballo medio lentón, cuando uno está empezándolo a trabajar, que uno que ande primero que uno. Eso lo tiene que ver el arreglador, decir cuál puede salir mejor. A veces sale mucho mejor el caballo arriado y no el que anda ganándole al jinete. A veces los caballos andan primero que el jinete, que les gusta esta cosa, trabajar y topear, pero hay que tener mucho cuidado".
- ¿Qué ejercicios realiza usted a los caballos?
"Todo se le va haciendo al tranco, la troya. Un caballo que sea corralero, que sea para correr, tiene que saber todas las pruebas de la rienda. Debe saber la troya, el ocho, las vueltas sobre parado. Todo eso antes de nada, antes de entrar al topeo y todo. Hoy día eso no se hace e interesa que el caballo salga para adelante no más. Tiene que correr para adelante, pero a su tiempo, cuando le toque correr".
- Después de todo ese proceso viene recién el topero…
"Yo lo mínimo que le hago a un caballo son tres meses de trabajo sin mostrarle el toro. De ahí le voy mostrando el toro, los echo al arreo, arreo en ellos. Y luego lo pongo al topeo a afirmar el toro".
- ¿Qué consejo le daría usted a la gente nueva que se está dedicando a esto?
"El consejo que les daría es que no sean apurones, que no se entusiasmen en la velocidad y en las habilidades de los caballos. Que tengan paciencia y no se apuren. Porque la juventud, cuando se encuentran con un patrón joven también, que necesita las cosas rápidas, desgraciadamente los caballos duran poco. Porque este trabajo no es rápido, es lento, sobre todo para tener caballos que duren y no aguanten solo tres, cuatro o cinco temporadas. Porque si usted los apura, no van a aguantar los caballos. El caballo es tan habilidoso que empieza a entusiasmarse y se golpea. Un caballo nuevo no debe golpearse y se golpea porque le gusta. En cambio, un caballo que está bien trabajado, sabe a lo que va. Pero hoy día no, le ponen espuelas en la medialuna y vamos a atajar".
- ¿Quiénes fueron sus maestros en este oficio?
"Los arregladores que destacaban en ese tiempo están todos viejos igual que yo, aunque yo gracias a Dios todavía trabajo. Pero había viejos muy buenos. El principal y que fue muy bueno para correr, muy técnico y gran arreglador de caballos, fue don Ruperto Valderrama, el primer hombre que me aconsejó a mí. Yo aprendí mirando, porque me echaron a esto y nunca pensé ser arreglador. Era muy de acaballo, pero no pensaba ser arreglador de caballo corralero. Pero el finado Remigio Cortés viejo, don Arturo Correa y don Hernán Cortés fueron quienes hicieron meterme en esto. Me llevaron para el sur en 1971, sin conocer a nadie y con haber corrido un toro, y me llevaron de jinete para el sur. Y me saqué la mugre, porque fui domador, domé desde los 11 hasta los 28 años, cuando me enviaron para el sur. Este deporte es muy largo, es más largo para el jinete que para el caballo. Al jinete le cuesta más que al caballo aprender, es más duro para la persona para aprender a correr la vaca. Hay algunos que son especiales y les sale toro, pero hay otros que les cuesta".
- ¿Usted cuántos años tiene?
"77 años".
- Toda una vida dedicada a esto…
"Mire, yo ando de a caballo de la edad de cuatro años y a los 11 años empecé a domar en los fundos y las medialunas. Hacía espectáculos públicos en aquellos años en los estadios y en las canchas. Y así me formé y viví varios años. Domé mucho en los fundos también. Yo fui hombre de toda pega, me gustaba ganar plata. Así que afuera de los caballos que amansaba, trabajaba en lo que sea. Pero siempre chúcaro. Hay hartos recorridos en esto de lo que son los caballos. Hay harta experiencia y aprendí mucho de los viejos buenos. Ruperto Valderrama fue el primero que me aconsejó en Arauco. Después fue don Segundo Tamayo, el papá de don 'Lalo' Tamayo. Don 'Chanca' Urrutia. También me aconsejaron harto don Ramón y don Guillermo Cardemil. No sé por qué lo hacían conmigo y con nadie más. Este deporte es muy egoísta. Yo no soy egoísta, pero no le doy consejos a cualquiera, tiene que ser una persona seria para yo ayudarla. Esta es harta pega y no es un capricho de cabro chico".