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Una mirada desde el caballo vaquero

Don Re nos entrega una nueva columna sobre "Doma y Sociabilización de Caballos".

Por Renato O'Ryan, donre@donre.cl

Si bien es cierto para las personas que no entienden de caballos todos parecen ser iguales o no ven la diferencia, me refiero al caballo de montura o caballo vaquero si ustedes quieren. Me gustaría esta vez referirme un poco al caballo chileno versus el caballo peruano de paso.

Si nos remontamos a tiempos pasados estaremos de acuerdo que los dos prácticamente tienen el mismo origen, dicho muy en general, el caballo chileno llegó por Perú y aquí se fueron haciendo selecciones según las necesidades principalmente ligadas al campo, o sea, se buscaba un buen caballo vaquero, y siendo Chile un país geográficamente distinto a Perú, por su puesto las condiciones del caballo también eran diferentes, este debía ser firme, de buenos huesos, audaz, alegre y dócil al mismo tiempo, no muy alto pero de buenos pechos para el trabajo del ganado, con buenas reacciones y equilibrado, con su eje siempre en las patas para soportar los movimientos necesarios para el trabajo del ganado en una geografía irregular como es Chile. Curiosamente en esa época, el caballo cuartago (acamellado o con tendencia a amblador) que también llegaba, fue rechazado y devuelto casi en su totalidad a Perú, pues este no reunía las condiciones para un buen caballo vaquero, en ese entonces el caballo chileno debía ser capaz de reunir varias condiciones al mismo tiempo, y se sacrificó su velocidad en el paso dándole mas importancia a sus condiciones netamente vaqueras.

A través de los años y gracias a la pasión y preocupación de algunos antepasados nuestros se proyectaron a mejorar y buscar el caballo ideal chileno, preocupándose tanto de su morfología como de su temperamento, y hoy día está reconocido dentro de los mejores caballos vaqueros del mundo.

Ahora si hablamos del caballo peruano de paso, antes debo decir que no me considero para nada un experto, en el poco tiempo que llevo estudiándolos me he dado cuenta que es un caballo muy especial, aún conserva esa parte salvaje, creo que eso me cautiva, es brioso, desconfiado, rápido en sus reacciones, en el caso de los potros, se muestra tal como es, “potro, este soy yo” y si algo no le parece, lo expresa inmediatamente, jamás acepta malos tratos, lo pueden someter a la fuerza, lo pueden humillar, pero jamás va a perder su esencia de libertad. Su personalidad o carácter, es seguro, a la mala no lo van a quebrantar, pienso que es por eso que son buenos para patear las pesebreras, porque aquí en Chile, el trato que se les da es el mismo que al caballo chileno, y en su esencia son diferentes, aún conservan su parte salvaje, es muy especial sentir como en cada momento ansían su libertad.

En el caso de las yeguas, he visto pocas, la verdad es que lamentablemente lo que me ha tocado no es lo que me habría gustado ver, ya estaban domadas y trabajadas y mas que expresarse se defendían porque no las supieron entender, no significa que sean yeguas malas, no estoy hablando de eso, solo trato de mostrar la diferencia del caballo chileno versus el peruano de paso.

Tuve la suerte de recibir una yegua que al parecer no la habían trabajado casi nada o al menos yo la sentí limpia de mente, o sea, sin traumas. Es una yegua femenina, con temperamento, muy inteligente, atenta y con ganas de aprender. La típica yegua vigía. No existe nada mejor que trabajar un caballo abierto, sano, capaz de expresarse sin miedo.

Pienso que la grandeza del caballo peruano de paso en sus andares es justamente la comunicación que existe con su jinete, el caballo siempre pidiendo mas marcando su paso seguro y ligero como queriendo decir “aquí voy yo”, libre, su jinete tranquilo, relajado, entregado a su caballo, pero al mismo tiempo guiándolo como si fueran uno solo. La suavidad del caballo peruano de paso es única, no existe otra raza igual.

Pero bueno, debo hablar de la diferencia en el trabajo. Ya hablé del caballo chileno… El caballo peruano es netamente de paso, que quede claro que no está desarrollado y no ha evolucionado como caballo vaquero, no está hecho para topear ni correr la vaca, es un caballo para recorrer largas distancias en un tiempo que no tiene competidores (al paso), su suavidad no creo que se pueda encontrar en otro tipo de caballo. La diferencia mas importante con el caballo chileno (no estoy hablando de morfología) diría yo que es su forma de caminar, es amblador, mueve su mano y su pata del mismo lado casi en un tiempo, por supuesto antes apoya la pata y después la mano pero del mismo lado, no quiero entrar en detalles para n complicarlos.

Entre uno y otro (me refiero a los caballos peruanos) hay pequeñas diferencias en su forma de reunirse, unos alargan un poco su cuello para encontrar su equilibrio, unos tienen el paso mas alargado, o sea, sacan la mano mas hacia adelante logrando quizás mayor velocidad que el que saca la mano mas levantada. Sus patas sobrepasan la huella de sus manos logrando un tremendo avance y también suavidad para el jinete.

A diferencia del caballo vaquero este no debe tener exactamente el eje sobre sus patas, el desarrollo de sus posteriores  está dirigido para que tenga una buena impulsión para lograr un mayor avance. OJO, no se busca que haga ejercicios de un caballo vaquero, se busca suavidad, velocidad en su paso y resistencia. Sus giros son alargados y su contrapeso se carga más en las manos para lograr mayor suavidad. Si se les obliga a trabajar en las patas jamás serán caballos suaves, su morfología no se los permite, debemos buscar su eje en la perpendicular que hacemos cuando estamos montados, no es casualidad la forma de la montura, no es casualidad la caída y ubicación de los estribos, está diseñada para que al montar el asiento sea perfecto para que el caballo encuentre su eje. Es un caballo, pienso, hecho para la geografía de Perú. No conozco los campos en Perú, pero interpretando lo que voy aprendiendo de sus caballos me imagino que son planos y que tienen que recorrer largas distancias. El herraje es diferente al del caballo chileno, se le deja poco talón y su casco debe ser más abierto, el casco es una bomba que  impulsa la sangre permitiendo que el caballo tenga una mejor irrigación.

A través del tiempo han desarrollado un caballo único, brioso, alegre, dócil si se le sabe tratar, libre y ligero en sus andares si el jinete lo deja ser. Montar un buen caballo peruano de paso nos da un sentimiento de libertad único…

El caballo chileno es único en su forma, es un caballo de trabajo, vaquero, incomparable. El caballo peruano de paso también es único, es de paso, montarlo es sentir una sensación de libertad incomparable.

En fin, todos los caballos son especiales, no hay uno mejor que otro, cada caballo es para algo específico, debemos aprender de ellos, no importa la raza, no importa del país que sean, son capaces de comunicarse perfectamente entre ellos y jamás han perdido su condición de caballo…

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