Desde Curacaví llegaron huasos a alentar al Torero y el Batral
Mantas, sombreros y banderas chilenas se vieron en las gradas del Centro de Exhibiciones Zenith de Caen durante la actuación de los caballos Batral y Torero en la Rienda Internacional de los Juegos Mundiales Ecuestres. Y vinieron directamente desde Curacaví.
Los hermanos Rafael y Juan Toro, junto a sus señoras, Angela Morice y Andrea Frindt, respectivamente, hicieron una larga travesía para conocer la mayor fiesta deportiva del caballo y ver en directo la actuación de los pura raza chilena.
Juan Esteban Toro comentó que "es increíble haber llegado hasta Normandía, desde tan lejos, y ver caballos chilenos en competencia. Esto engrandece el nombre de nuestra raza".
"Me enteré que existía este Mundial, averigüé y entusiasmé a mi hermano para que viniéramos juntos, y nuestras señoras se entusiasmaron también en esta aventura. Viajamos especialmente a esto", agregó.
Rafael Toro, presidente del Club de Rodeo Curacaví (Asociación Melipilla), explicó que "nosotros somos aficionados al mundo ecuestre y queríamos conocer esta disciplina. Es fantástico esto para el caballo chileno, que por sus condiciones físicas creo que debe andar muy bien".
"Hay mucha gente impresionada por Torero y Batral, y son caballos con la misma sangre de los caballos de rodeo. Son pura raza chilena", destacó.