Ocaso, mi amigo maravilloso

Por Therese Matthews de Edwards, Criadero Alas Del Cóndor

Este martes murió Santa Isabel Ocaso N° 102276, Color Bayo alazán, Nacido el 23-9-1987, hijo de Peumo Chico Ocurrente N° 57479 y Colín Fanática en Domingo N° 57461.

Fue mi amigo de muchos paseos a la cordillera, arreos, rodeos, pruebas ecuestres chilenas, juegos ecuestres norteamericanos, rienda chilena, exposiciones de morfología, padre de crías bonitas y fáciles de enseñar, murió a las 10:00 de la mañana del 25 de agosto con casi 29 años.

De Ocaso me acuerdo que en los desfiles caminaba con orgullo e izando la bandera bailaba en el lugar al ritmo de la banda militar, tal como un muy enseñado caballo de adiestramiento. Era un líder y a la vez muy dócil. Yo lo podía llevar a cualquier parte y se comportaba como un caballero. Fuimos al Club Santiago Paperchase para participar con Alberto Larraguibel en un paperchase de honor. Alberto se maravilló con el Ocaso saltando los troncos y los esteros con elegancia y ¡no podía parar de hablar de él!

Cuando llegó al fundo de Jorge Rodríguez en Chorombo tuvo su propio potrero y gozaba mirando sus hijos crecer en el potrero del lado y también sus yeguas preñadas y a punto parir. En invierno Jorge lo cuidaba como hueso santo y estaba recontento allá. Y por todo lo dócil que era, no soportaba estar al lado de Río Negro II. Pelearon como dos potros salvajes entre sus corrales alcanzando pasar sus patas por sobre la última vara de dos metros. Los dos mostrando que eran viejos aguerridos.

Después lo llevé al fundo de Felipe Jiménez y lo colocaron en un potrero con algunos potrones de año y medio y Ocaso cordialmente los llevó a la puerta y se despidió de ellos. El les contó que él no alojaba en potrero compartido, el necesitaba estar solo. Este invierno Felipe lo estaba cuidando como rey y con su capa azul importada se destacó a la ultra moda en las pesebreras.

La semana pasada iba a ir a verlo, a darle antiparásito, etc. Pero tuve que postergar la visita... Ocaso no podía esperar mi visita, él tuvo que partir. Ocaso estaba por cumplir 29 años en septiembre. Quedan 3 yeguas cruzadas por él por parir esta temporada. Las crías que me dio hacen muchos años están con dueños que me llaman cada año para decirme lo feliz que están con sus hijos y para compartir las historias de sus logros en las medialunas.

Las crías que me ha dado en los últimos 4 años son mayormente hembras y me dicen que son lindas y quieren comprar mis favoritas. Podría vender algunas a los amigos que lo quieren y lo aprecian tanto como yo. Y ojalá algún día me darán una cría nieta o nieto de él.

Ocaso, mi querido amigo, nos vemos en el cielo para andar en los potreros de infinitos pastos ricos.