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La presencia del Caballo de Pura Raza Chilena

Lea la columna de Arturo Montory.

Por Arturo Montory G.

www.reproductoresdepurarazachilena.cl

Un caballo bonito y vistoso ha sido siempre orgullo de su propietario, arreglador, jinete y de todo su entorno y muchas veces ha llegado a ser un orgullo de la generalidad de los corraleros.

Son caballos que da “armonía” verlos dentro del corral, que “llenan el ojo”, alegran el espíritu, nos pone contentos, llena el “espacio del mundo huaso”.

De los caballos más antiguos ya es leyenda la prestancia del famoso Bayo León, del Angamos, del Cristal I, de Enchufe y su hija Vadiadora y la Buenas Noches, de Madrigal, en fin, épocas pasadas.   

De los que he tenido el privilegio de conocer de estas características recuerdo vívidamente el Roncador de “Milo” Lafontaine, tremendo bayo; Inocente de Renato Luengo de Arauco, un potro negro de pelo corto y brillante, destacaba en el corral; El Huila, de Arturo Correa, negro de buena estampa e imposible de soslayar a nuestra mirada; el pequeño gigante Barranco de don Santiago Urrutia, un bayo cuculí de liviana estampa, pero muy chileno; la Discreta una preciosa mulata que montaba Ramón González; la Pichicucha, de Hernán Cardemil y luego de Claudio Mallea U., lindísima yegua baya, grande, erguida, vistosa, adornada al máximo;  al Arroyito, de “Coteco” y luego de “Perico” Quera,  un caballo colorado precioso; el Jalisco, de Juan Hiribarren, Sergio Bustamante y Hugo Cardemil, otro caballo colorado lindísimo; la Pelotera, de Ramón Cardemil, mulata y una de las más lindas de la raza; la Berlina, de Rodolfo Bustos y después de Benjamín García Huidobro, baya preciosa y  su hija Gustosa, de Muticura y Mario Mallea, bellísima; la Desideria una baya coipa muy completa que era de Vicente Jorquera  y después de Jorge Lasserre L.; la Longaviana II, de Santiago Urrutia y Claudio Mallea, mulata muy acampada; Taco de Ramón Cardemil, un potro mulato que  llenaba el gusto, muy simpático y además alegre; el Rotoso de recia estampa; la Malagueña de Raúl Cáceres,  una alazana preciosa; la Ricachona, pequeña baya de Santa Isabel y su hija la barrosa Almendra, a la que nunca le dieron un premio Sello de Raza, inexplicable; y de los más actuales el Talento, imposible no mirarlo, derrochaba calidad de solo verlo caminar; la Estirpe y Fiestera de Santa Isabel, también muy llamativas; el barroso Acampado de “Pepe” Puertas, Melí de Felipe Lamarca; Malulo de Ítalo Zunino Muratori; y en la actualidad el Romario de Gustavo Valdebenito E.

Esta es una mirada que no significa una escala ni menos exclusiva a solo los nombrados, es mencionada a modo de ejemplo del tema.

Caballos que llenan la vista por diversos argumentos y son admirados por todos.

Me contaba Hernán Anguita que por los años 1960 estaba mirando un rodeo de Chillan en que participaba Trongol de Jorge Lasserre, y estaba don Chanca corriendo el Barranco, y en el palco del lado estaban sentados unos criadores brasileros-gaúchos, con los cuales converso un poco y los informo de caballos presentes, y a ellos les lleno el gusto el “cuculí”, y fueron a buscar luego de terminado el champion a don Chanca para comprárselo, y me decía con alivio: “gracias a Dios no lo encontraron sino se lo habrían llevado”.

Nuestro deporte del rodeo ha sido diseñado de manera que se evalúa el sello racial, que ha sido de gran beneficio a la raza y muy esperado por el público en cada rodeo, pero no considera morfología, y ahí quedamos “cojos” con la crianza mejorada.

La única evaluación pública que ha existido siempre son las Exposiciones, desde 1860, y es ahí donde debemos apuntar a incrementar con un gran presencia de ejemplares en cada una de ellas, la unica manera de obtener una “evaluación objetiva” de lo que criamos es la efectuada por un “jurado profesional” y en un momento competitivo, y además se puede comparar con lo que crían otras personas, y veremos si vamos por buen camino o lo hemos equivocado, en detalles importantes pero que debido a ellos, en la reproducción no tendremos nunca éxitos.

Leía la reciente noticia que en Esteio-RS en Brasil tendrán una competencia Morfológica Selectiva para Expointer, que es la Nacional, y para 70 cupos de ejemplares que serán seleccionados a presentarse en ella, se inscribieron 309 “cavalos crioulos”.

Así es la pasión y afición por este tema, en esas tierras.

El hecho de preparar un caballo para exposición ya conlleva un montón de beneficios al criadero, en lo sanitario, alimentación, preparación atlética del ejemplar, cuidado del pelo, crines, peso, y algo muy importante un “presentador”, cuya responsabilidad es muy importante al momento de presentarse en la pista. 

Siempre hablamos del caballo de gran “corazón”, que con solo ese órgano se gana una competencia funcional, aceptable posición, pero debemos ayudarlo para que este órgano este colocado dentro de una carcasa adecuada y correcta, porque su efecto beneficioso será aún mucho mayor.

No olvidemos que nuestros caballos además son montados por jinetes de diversos pesos, y sin duda los obliga a adecuar su sustentación y centro de equilibrio.

Ojalá en el futuro próximo se sienta una gran motivación por las exposiciones de parte de los criadores, no existe otra manera de mejorar y uniformar aún más la raza.

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